Explicaciones de Shalom 3
Señor Director
Hace unos días en la sección Voz del Lector publicaron una nota donde citan varios edificios “abandonados” en Manizales. Dentro de ellos nombran el edificio “Shalom 3”, ubicado en la carrera 23 N.º 51-35 (sobre la avenida Santander).
Para su información, quiero comentarle que esta edificación nunca ha sido abandonada, tiene una orden de desalojo, mientras se tramita y obtiene una licencia de reforzamiento que ya está en trámite, para que el edificio quede cumpliendo las normas urbanísticas requeridas, hasta lograr una nueva orden de ocupación para que nuevamente quede habitado el edificio.
Es de anotar que a esta construcción se le ha hecho mantenimiento en sus equipos internos como son: montacarga vehicular para acceder a los parqueaderos, ascensor al servicio de sus propietarios, además el mantenimiento a las redes internas como son: electricidad, hidrosanitaria y gas domiciliario, y está siendo monitoreado las 24 horas del día, por 4 cámaras estratégicamente ubicadas.
Desafortunadamente ha sido imposible mantener la limpieza exterior, pues los “grafiteros” hacen de las suyas colocando avisos groseros y de mal gusto. Es de anotar que el edificio no ofrece ningún peligro a la comunidad, y todos sus propietarios conservan buenas relaciones con la vecindad.
Cordialmente,
Ing. Moisés Noriega Lara
El Estado malestar
Señor Director,
Por estos días, se discute en nuestra región sobre las bondades o perversidades de la ampliación o no de la concesión de Autopistas del Café a cargo de la empresa Argos. Discusión misma que en principio ha sido más política que técnica, en vista de que quienes se toman la vocería de los usuarios, son una especie de bandada de politiqueros oportunistas que lo único que buscan por estas épocas es el recaudo miserable de los votos ignorantes, de una desafortunada mayoría de la población en Colombia. ¿Y cómo lo hacen? Actuando como parlanchines de inframundo, tratando de exponer que lo correcto es que ese tipo de infraestructuras sean devueltas al mal llamado “Estado Bienestar”, para que, al parecer, sea este, a partir de ese momento, el encargado de administrar y recaudar los peajes propios del uso de la autopista. Sabemos de sobra que cuando estas cosas suceden, el deterioro de las carreteras es inmediato, ya que lo poco que se logre obtener del pago de peajes irá a una bolsa de dinero, donde se perderá bien sea por la rampante corrupción o la permanente ineficiencia de una entidad que como Invías, ha demostrado por años los más altos niveles de, por lo menos, ineficiencia y dilación.
Por su parte, el flamante, pero igualmente inútil Comité Intergremial de Caldas, lo único que hace es sacar comunicados inanes, que ni proponen solución alguna, ni idea eficaz de negociación con la concesión, que permita de una manera seria, siguiendo los postulados de la autonomía privada, pensar que se pueda lograr un equilibrio entre lo que se pague, lo que se recibe y obviamente que sea ampliada la concesión, de manera que por ningún motivo, la autopista del café , regrese a manos de un Estado estéril y corrupto, como lo es el colombiano.
Pedro Felipe Bonivento Correa
Asociación de Turismo agradecida
Estimado Diego Fernando,
Reciba un cordial saludo. Quiero agradecerle de manera especial por la publicación realizada en La Patria sobre la Asociación de Turismo de Pácora . Para nosotros es muy valioso contar con espacios que visibilicen nuestro trabajo y la importancia del turismo en la región.
De manera breve, me encantaría compartirle cómo avanza el proceso de la Asociación y la forma en que se articula con el Clúster de Turismo del Norte de Caldas, un esfuerzo conjunto que busca posicionar la ruta de la Cuna del Paisaje Cultural Cafetero como un referente regional y nacional.
Con aprecio, Juan Villegas
Demoler estaciones de bicicletas públicas
Señor director:
Lo mejor que puede hacer Manizales, si no quiere seguir quedando tan mal ante propios y foráneos, es demoler esos horribles ranchos que hace algunos años eran unas estaciones de parqueo para bicicletas públicas. Yo no sé, pero aquí siempre ocurre lo mismo: Se adelanta una obra o alguna cosa y ese entusiasmo dura lo que una flor. Se abandona, se tira, se le da la espalda. Duele, pero es así. Por ejemplo en lo de las bicicletas públicas recuerdo que la primera falla fue adquirir unos gallos que desde nuevos se les veía la calidad. Y después mirar como se iban destruyendo solas hasta desaparecer. Entonces para que nos olvidemos de tan grave metida de pata: borrón y cuenta nueva, tumbemos dichas estaciones que en estos días son refugio de indigentes, de basuras e inmundicia y grafitis de mal gusto.
Bernardo Molina Marulanda
El Estado malestar
Señor Director:
Por estos días, se discute en nuestra región sobre las bondades o perversidades de la ampliación o no de la concesión de Autopistas del Café a cargo de la empresa Argos. Discusión misma que en principio ha sido más política que técnica, en vista de que quienes se toman la vocería de los usuarios, son una especie de bandada de politiqueros oportunistas que lo único que buscan por estas épocas es el recaudo miserable de los votos ignorantes, de una desafortunada mayoría de la población en Colombia. ¿Y cómo lo hacen? Actuando como parlanchines de inframundo, tratando de exponer que lo correcto es que ese tipo de infraestructuras sean devueltas al mal llamado “Estado Bienestar”, para que, al parecer, sea este, a partir de ese momento, el encargado de administrar y recaudar los peajes propios del uso de la autopista. Sabemos de sobra que cuando estas cosas suceden, el deterioro de las carreteras es inmediato, ya que lo poco que se logre obtener del pago de peajes irá a una bolsa de dinero, donde se perderá bien sea por la rampante corrupción o la permanente ineficiencia de una entidad que como Invías, ha demostrado por años los más altos niveles de, por lo menos, ineficiencia y dilación.
Por su parte, el flamante, pero igualmente inútil Comité Intergremial de Caldas, lo único que hace es sacar comunicados inanes, que ni proponen solución alguna, ni idea eficaz de negociación con la concesión, que permita de una manera seria, siguiendo los postulados de la autonomía privada, pensar que se pueda lograr un equilibrio entre lo que se pague, lo que se recibe y obviamente que sea ampliada la concesión, de manera que por ningún motivo, la autopista del café , regrese a manos de un Estado estéril y corrupto, como lo es el colombiano.
Pedro Felipe Bonivento Correa
El negociazo detrás de los peajes
Después de las declaraciones del presidente Gustavo Petro diciendo que la actual concesión de Autopistas del Café se debe revertir al Estado -esas que causaron pánico a algunos y otros celebraron como victoria- las réplicas no se hicieron esperar.
Los entusiastas, o los que quisieron, al igual que Petro, reclamar un “triunfo”, olvidaron algo clave: el contrato de Autopistas vence en febrero del 2027. ¡Petro se va en agosto del 2026! ¡No puede revertirlo! ¿Cómo es posible que hable de revertir una concesión que ni siquiera finaliza en su mandato? ¿Populismo caza incautos? El Gobierno actual no revierte nada, pero sí puede, este mismo año, evaluar si esta nueva concesión pasa el examen.
Ahora bien, ¿qué es lo que ha expresado la ciudadanía, la de a pie, no la gremial, especialmente cierto sector de la risaraldense, en abierto compadrazgo con el ciudadano Mauricio, actual gerente de Autopistas del Café? Lo que esperamos es que se hagan las obras pendientes, las necesarias y que los peajes se ajusten al costo real de esas obras. Hoy existen siete peajes que, a todas luces, frenan la competitividad regional: esa que supuestamente deben promover los gremios para beneficiar sus asociados (…) Y la nueva concesión -la famosa IP Conexión Centro- pretende mantenerlos, mientras ofrece obras que poco tienen que ver con el Eje Cafetero. La doble calzada Calarcá-La Paila, por ejemplo, se llevaría el 80% de la inversión. ¿Y el resto? Obras insuficientes. Para que la rentabilidad del proyecto sea justa, deberían ofrecer obras por valor de $4 billones, no menos: https://acortar.link/e3D4Fl
Así, el debate no debería centrarse en si el proyecto es público, privado o mixto -que para mí siempre es lo ideal-. Lo urgente es evaluar necesidades regionales. Por ejemplo: eliminar algunos peajes ayudaría a la integración territorial. Abrir la conversación para resolver la conexión Pereira-Dosquebradas, donde se concentra el mayor trancón del Eje Cafetero, como dice la congresista Carolina Giraldo. Y si se quiere pensar/actuar más en grande, posicionar el tren de cercanías regional: https://acortar.link/BBgRAG
Esta conversación no cesará por lo que dijo el presidente, ni en once meses cuando se vaya, ni en febrero del 27 cuando pase a manejo de Invías. Es curioso que después de las explicaciones sobre la caída del puente en Alcalá (memoria), nadie del grupo empresarial detrás de Autopistas + IP Centro ha querido asistir a un debate. En cambio, han optado por una estrategia de “cooptación” de apoyos (…). Una forma innoble de manejar un asunto que debe ser transparente y participativo.
A propósito de esas estrategias. Muy seguramente los mega beneficiarios actuales de Autopistas del Café (“peajes recaudaron en el 2024 $280 mil millones”, Lina Arango) van a esperar y reactivar el proyecto con un presidente amigo, a cuya campaña aportarán. La IP es un negocio menor comparado con las pistas de El Dorado, cuya utilidad se estima en 600.000 millones anuales. Ambos proyectos podrían adjudicarse “los dos pegaditos” (…)
En síntesis, el problema no es técnico, ni siquiera jurídico. Es político. Y como tal, exige que la ciudadanía -¿la de a pie?- construyamos escenarios de exigencia pública, con información clara, con prioridades regionales bien definidas, y con una narrativa que no se deje diluir en el juego de palabras. Petro tiene once meses. Nosotros, menos tiempo para no perder la memoria.
Orlando Parra
Manual para no rendir y no rendirse
Señor director:
Byung-Chul Han observa cómo la modernidad, tras liberar al individuo de amos visibles, lo dejó preso de una exigencia interior que no descansa. El sujeto del rendimiento ya no obedece órdenes ajenas: se exige solo. Corre hacia ninguna parte, se explota creyendo realizarse, y convierte cada pausa en culpa. La positividad sin límite -“puedes lograrlo todo”- ha parido una cultura del agotamiento, la ansiedad, el fracaso personalizado. El descanso es pecado. La lentitud, sospecha. El ocio, la enfermedad.
Frente a eso propongo una pedagogía de la vacacidad diaria: no como negación del hacer, sino como afirmación del ritmo propio. Resistir sin ruido. Postergar sin culpa. Igualar sin correr. ‘No hagas hoy lo que puedas hacer mañana’, como antítesis. El carro que nos sigue adelanta a riesgos y un segundo después estamos juntos en el semáforo. La prisa disfraza el vacío. Corremos para alcanzar el ascensor y está ocupado. A la cita que hace madrugar, el otro no ha llegado: “¿No viste el mensaje? Escribí que me demoraría”. Corremos para alcanzar el bus, lo logramos; el bus queda detenido en la esquina. La reunión sobre eficiencia, a las ocho, empieza a las ocho y media. Compramos la última unidad, no la llegamos a usar.
Sugiero preparar el café sin mirar el reloj, sentarse sin celular, escuchar el silencio. Retrasar la tarea. No corregir tanto. Mañana saldrá el sol, y si no sale, no saldrá para nadie. “Nadie se muere la víspera”, decía mi madre. El miedo no adelanta, la prisa no protege, la muerte -como la lluvia- llega sin reloj.
La vista, que se adquiere a alto precio, se cubre de inmediato. Se le da la espalda al horizonte, fijos en el portátil ensayando el burnout sin saberlo. El balcón nunca se pisa.
El descanso no necesita justificación. Es un derecho del cuerpo que aún no ha dicho basta. Y si lo dice dormido, con el ordenador encendido, como Gregorio Samsa, que al menos lo escuche la página que no acabó de ser escrita.
Hay que aprender a quedarse quieto sin volverse sospechoso. No mostrar productividad para justificar presencia. No responder “ocupado” como salvoconducto. El ocio no es desvío, es camino lateral, a veces más fértil. Y el café sin reloj, método filosófico. El gesto sin utilidad puede guardar un mundo, como una mecedora, una manguera regando la acera, una conversación sin fin práctico. La economía del afecto no cotiza en bolsa, pero sostiene la vida. El que no rinde, cuida. El que no corre, ve. El que no produce cada minuto, respira lo que otros apenas alcanzan a nombrar.
Tal vez sea hora de escribir los derechos del no-rendimiento. A demorarse. A pensar antes de contestar. A no responder todo. A decir “no sé” sin miedo. A apagar el dispositivo sin culpa.
Luis Fernando Gutiérrez Cardona
Verbos “eucarísticos”
Señor director:
Señores periodistas y locutores: como decía Juvenal Betancur, el hermano de Belisario, ¡alta atención, lo que Colombia no sabe!
La misa se celebra, se oficia, se preside. Este último caso de la serie, presidir (no PRECEDER), se aplica para el “hierofante”, el sacerdote, pues él preside (no PRECEDE) la asamblea. Hablamos de la asamblea litúrgica, no de la asamblea departamental, para que nos entendamos.
Otra serie, muy corta por cierto, es la de los verbos que se empleaban antaño. ¿Quiénes, de los viejos, no se acuerdan de las misas cantadas (más caras) o rezadas (más baratas)?
Dado lo anterior, resulta por lo menos bizarro -por no decir estúpido o extravagante- lo que un locutor se dignó espetar en el noticiero de las 10:00 p.m. por Caracol Radio el lunes 11 de agosto: una Eucaristía dizque LIDERADA. Esto ya es el colmo de los colmos. Como exclamó Cicerón en el Senado de Roma: ¿Ubinam gentium sumus?, que el otro tradujo así: ¿Dónde diablos estamos? Y un tercero: ¿A dónde infiernos vinimos a parar?
Encima, vendaje o ñapa- El hierofante era el sacerdote que oficiaba en las religiones griegas de misterios, por ejemplo en los misterios de Eleusis; y en las religiones helenísticas, valga anotar la de los misterios de Mitra. Pero esto es duro p’al campesino...
Don Cecilio
¿Es una “zona negra”?
Señor director:
Será realmente una “zona negra”, como suponemos o estaremos exagerando la nota, no sé, pero cuando uno se atreve a pasar por la Plaza de Mercado de Manizales y mira a su alrededor se da cuenta de que todo puede ser verdad. Sus calles y andenes están totalmente acabados y tiene que ser así si hace por lo menos 50 o 60 años que nadie le pone cuidado al asunto. La Galería de la ciudad es refugio permanente de indigentes y malandrines que utilizan sus rincones para el vicio y sus necesidades sanitarias. Entonces todo el lugar huele a berrinche, aparte de que los locatarios en lugar de ponerle buenos precios a sus productos esperan que se pudran para tirarlos a la calle como basura. Creo que el alcalde Rojas no conoce nuestra antigua Plaza, sino ya hubiera hecho algo por su rescate. Es duro comentarlo, pero las cosas son como son.
Bernardo Molina Marulanda
Cuánto valoramos
Señor director:
El milagro más precioso e impactante, bello y espléndido es la existencia humana y si el omnipotente creó la vida, el universo y dispuso que a través de la única fuerza incontenible en el mundo, que es el amor, llegáramos al planeta tierra, fue porque todo lo diseñó también con amor para nosotros.
La tierra nos da el alimento que nos nutre cada día, como seres de carne y hueso con todos nuestros órganos para vivir aquí; tenemos cerebro, corazón, pulmones, pies, manos; oídos, ojos, con todo lo demás como el aire, el agua, el viento, el fuego, que sostienen la vida, al igual que toda clase de riquezas minerales, petróleo, piedras preciosas, especies, animales que nos acompañan y nos servimos de todo ello. Será justo comportarnos tan mal con nuestro entorno y creer que todo nos lo merecemos impositivamente, que podemos hacer lo que nos dé la gana con derecho a destruir el único hábitat?
Aterricemos, humanicémonos para que entendamos que llegamos desnudos y por piedad nos tiran un traje al momento de partir de este mundo y aceptar que solo hay un ser superior capaz crear una estrella, una gota de agua, una partícula de oxígeno.
Álvaro Alzate Ussma
Preferencias políticas y personalidad
Es lamentable que la psicología y la psiquiatría no nos hayan contado todo o siquiera una parte de lo que conocen sobre la evidente conexión que hay entre las preferencias políticas de los individuos y su personalidad.
A pesar de lo que algunos creen y quisieran hacernos creer, las preferencias políticas no se explican únicamente por el mejor o el mayor conocimiento. Si tuviesen razón, no se entendería por qué hay individuos intelectualmente competentes y muy bien informados que se inclinan por posiciones políticas situadas en extremos opuestos. En ambos casos, cada bando tilda al opuesto de ignorante o estúpido, y al suyo de iluminado. Lo hemos podido comprobar hasta en las aulas de las universidades más respetables. Ni se diga lo que ocurre en colegios y escuelas, donde la asimetría docente/estudiante es a veces abismal.
Si algo cabe esperar de alguien inteligente e ilustrado (dos cosas diferentes, aunque complementarias) es que esté más cerca de la verdad que los demás, y que esta ventaja relativa le permita identificar y señalar los pensamientos y hechos verdaderos en donde quiera que estén, más allá de sus simpatías políticas personales. Pero en la cruda realidad no ocurre así. Hay “círculos intelectuales” que operan en los “templos del saber”, y que en ausencia de la crítica construyen “verdades” que logran imponer mediante sofismas complementados por la fuerza.
Alegarán algunos que el problema no es exclusivamente intelectual, sino también de rectitud moral o ética; opinión razonable por donde quiera que se le mire. Si una persona intelectualmente muy calificada estuviese ética o moralmente comprometida, se regiría en todas sus actuaciones por el sentido de la justicia, y al juzgar políticamente se esmeraría por identificar con rigor los aciertos y los desaciertos de su bando, con el mismo esmero que señala los de sus adversarios. Pero la vida diaria nos demuestra lo contrario.
Nos toca, por tanto, buscar las raíces de las preferencias políticas en otro campo que no es la honradez intelectual (combinación ideal de intelectualidad y moralidad). Un hombre tan confiable como Pepe Mujica dijo en una entrevista con Jordi Évole que el origen de esas preferencias está en las tripas (yo ampliaría diciendo que en las vísceras en general), pero lo más meritorio fue que no lo dijo para referirse únicamente a sus adversarios, sino a todos. Allí en las vísceras anidan los odios y amores, los arrepentimientos y los rencores políticos.
Jorge O. López V.
El Gobierno de Gustavo Petro
Comienzo por afirmar que escribo las presentes impresiones como uno de los millones de ciudadanos de a pie que hay en Colombia; no voy a calificar el sistema de Gobierno de Gustavo Petro de malo, regular y mucho menos como bueno; pero sí debo asegurar que faltando apenas un año de su mandato se ha distinguido por aumentar la estigmatización y la polarización política.
En lo transcurrido de su Gobierno el resumen es el de muchos anuncios y muy poca gestión, y en cuanto a lo que más ha afectado a la población es la premonición presidencial del “chu, chu, chú”, para hacer colapsar el sistema de salud; también la creciente inmoralidad administrativa y la inseguridad en todo el país es alarmante; además en la administración petrista él ha pretendido gobernar a base de mensajes por las redes o plataformas sociales, como el llamado X, antes Twitter.
En materia del servicio de la salud, a través de las EPS, el mandatario lo que ha logrado es que los pacientes compren sus medicamentos y muchos son los que deben pagar, con sus ingresos, consultas con médicos especialistas; son muchísimos los ejemplos concretos de la anterior situación y se registran a lo largo y ancho de Colombia. Lo más lamentable es que un paciente, sin el suministro de medicamentos ni atención pronta de un médico especialista, puede morir.
El problema de la salud es demasiado visible en todo el país por estar afectando a millones de pacientes y no es por culpa de los médicos ni del personal que labora con dedicación, decoro y profesionalismo en todo el sistema.
Lo que deseamos del Gobierno de Gustavo Petro es menos plaza pública y que mejore su Administración; las manifestaciones públicas, protestas, etc., solo aumentan la estigmatización y la polarización política y un mandatario de cualquier nación no debe promover y mucho menos participar en esta clase de movimientos.
La Administración de Gustavo Petro llegó a tres años y, la verdad sea dicha, en lo transcurrido de su Gobierno el resumen es el de muchos anuncios que no ha cumplido por muy poca gestión, y lo peor, dudamos que en lo poco que resta de su mandato logre lo prometido.
Jorge Enrique Giraldo Acevedo