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Parece increíble que en Caldas el panorama de las centrales de sacrificio animal siga siendo desolador, a pesar de que son ya unos seis años (tres administraciones) intentando desde la Gobernación ejecutar un plan para terminarlas. Estos espacios los administra el Departamento con las alcaldías y deben operar con el visto bueno del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), proceso que requiere recursos y, por ende, de voluntad política para ponerlo a andar como se debe.
Según un informe publicado por LA PATRIA, en Caldas de 17 centrales están cerradas 14 por no cumplir los requisitos; es decir que el 82,35% está fuera de servicio, 6 de esas al parecer están cerca de recibir el visto bueno para abrir, otras 5 siguen en el limbo por falta de recursos para iniciar obras y 3 más no tienen siquiera esperanzas, porque no existe un plan específico. Esto ha llevado a que se tenga que sacrificar en centrales de otros municipios, encareciendo el valor de la carne y volviéndose una situación que golpea directamente al consumidor o desincentiva el consumo en muchos casos.
Otro problema grave de toda una larga situación sin resolver es que empezaron a proliferar mataderos clandestinos en los municipios, que son todos menos en Pácora, Samaná y Marquetalia. Se convierte esto en un alto riesgo para la salud pública al tener muy seguramente venta de carne que no es apta para el consumo humano, bien sea porque su procedencia es desconocida o porque es un alimento que no cumple con los requisitos que pide el Invima, cada vez con estándares de calidad más exigentes, para determinar cuál es la carne para el expendio.
Desde el 2021 la Gobernación, a través de la Secretaría de Agricultura de Caldas como encargada de ejecutar las centrales, viene anunciando que las abrirá todas, pero no hay avances, y aunque desde el 2019 el Departamento ha invertido por lo menos $23 mil millones. ¿Dónde han estado los organismos de control para establecer qué sucedió con estas inversiones, ya se configuró un detrimento patrimonial? Esta Secretaría, bajo la Administración de Henry Gutiérrez, indica que adelanta proyectos para darles nueva vida a los mataderos.

Encontrar una solución desde la Gobernación y las alcaldías es algo que no da más espera, porque se trata de la salud de las personas, más allá de que también representa mantener un renglón importante para la economía de los municipios. Poner a operar todas las centrales de sacrificio tiene un alto costo, porque cada municipio tiene deficiencias que no han permitido avanzar, y la mayoría de nuestros municipios son de sexta categoría y sus presupuestos no son boyantes para invertir en ello. Se espera que la Secretaría de Agricultura, quizás involucrando a otras dependencias del Departamento, por fin se enfoque en terminar las obras y garantice además el sostenimiento y el funcionamiento de todas las centrales. Solo así se evitará que terminen en el abandono como elefantes blancos.