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La Alcaldía de Manizales tuvo que suspender la idea de fusionar Assbasalud y el hospital San Isidro. El alcalde Rojas había sentenciado que estas empresas se fusionaban o se cerraban, ya que el déficit anual de las dos suma unos $10.300 millones y que tramitaban un proyecto en el Ministerio de Salud solicitando su reorganización para mantenerlas. Pero hace una semana se conoció que el Ministerio denegó la solicitud, en consideración a que las Empresas Sociales del Estado (ESE) deben mantenerse para garantizar la ejecución del modelo preventivo y predictivo de salud del Gobierno nacional.
Es una negativa que deja al Municipio en una situación bastante complicada, porque hay que garantizar sostenibilidad a pesar de que ninguna de las dos ESE tiene cómo hacerlo sola, ni la Alcaldía cuenta con los recursos suficientes para solventar las deudas y mantener estas entidades funcionando. No puede dejar tranquilo a nadie que estas dos ESE vayan a perder este año unos $18 mil millones, comportamiento que se viene presentando en los últimos cuatro años y las hace inviables financieramente de seguir como van.
Las condiciones del sistema de salud tampoco facilitan su permanencia. Las EPS del Régimen Subsidiado están obligadas a contratar con la red pública, pero si no se cumple con un número de usuarios, desaparece este deber. En Manizales el Subsidiado es pequeño, 105 mil personas, de las cuales 50 mil se distribuyen entre Assbasalud, San Isidro y el hospital Santa Sofía; los dos últimos que al menos pueden cubrir Régimen Contributivo, pero es una realidad que se está desperdiciando lo que podría ofrecer la red pública porque no se mejora el sistema de pago. Si a esto se suma la crítica situación de la red del Contributivo, las cosas empeoran.
Tampoco ayuda a una recuperación de estas ESE en Manizales, la burocracia identificada, sobre todo en el área administrativa, no en la asistencial, con puestos de trabajo muy costosos como estableció un estudio de tiempos y cargas laborales que hizo el Municipio. Se pretendía que las dos ESE se convirtieran en una, alivianando en personal y compartiendo recursos; ahora, con la negativa del Minsalud deben enfocarse de forma individual en ajustar su operación a la oferta y la demanda. Por ejemplo, hay centros de salud que al mes reciben muy pocos pacientes y están obligados a tener 24 horas de disponibilidad con todos sus recursos.


Hay que buscar la forma de ser más eficientes, quizás concentrando servicios, pero de ninguna manera que algún usuario salga perjudicado; también el Gobierno debe ayudar a los municipios a tramitar el pago oportuno de deudas pendientes con estas IPS y estableciendo precios más justos. El modelo que está construyendo el Gobierno se fundamenta en lo público, pero queda demostrado que el sector debe resolver primero muchas falencias que tiene antes de empezar a aplicar cambios. Por ahora, a cada organización lo que le toca es elaborar un plan para que su operación se haga más ágil, más económica y más efectiva, camino en el que todos deben hacer sacrificios.