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Debe verse como positivo la entrada en vigencia desde el martes de las multas en Manizales con los equipos de fotodetección vial para tres tipos de infracciones: pasarse un semáforo en rojo, tener vencido el SOAT, tener desactualizada la revisión técnico mecánica. Se trata de recuperar el orden, pero además poner la tecnología al servicio de una movilidad más segura porque obliga a todo aquel que conduzca un vehículo a cumplir las normas de tránsito y ayuda a reducir los accidentes.

No hay motivos para rechazar esta medida de la Secretaría de Movilidad. Por qué seguir tolerando vehículos sin Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) ni revisión técnico mecánica, cuando la mayoría de conductores son responsables y pagan cada año juiciosamente estas obligaciones para evitar fallas y estar cubiertos en caso de accidentes. Por qué permitirles a algunos indisciplinados que no se detengan cuando hay un semáforo en rojo y expongan a otros conductores y a los peatones a riesgos, si todos los demás respetan lo que indican estos dispositivos. Si son menos los infractores, no hay por qué temer entonces.

Son 23 cámaras instaladas en 14 puntos clave de la ciudad, pero se requieren más para sitios de alto flujo de vehículos como en el Centro, donde solo hay una; en más avenidas y en barrios. Desde hace 10 meses se venía en un ejercicio pedagógico, pues fueron instaladas a finales del 2023 en la Alcaldía de Carlos Mario Marín, y en este lapso detectaron 50 mil infractores que nunca recibieron multas. Según cifras preliminares, porque toda fotodetección debe pasar por análisis de un agente de tránsito que verifique si hubo infracción, el martes se reportaban 578 detecciones: 313 por revisión técnico mecánica, 242 por SOAT y 23 por no detenerse en semáforo en rojo.

Habrá que esperar cuántas detecciones se convierten en comparendos efectivos, que son notificados a los propietarios en la dirección que aparece en su Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT). Deberán ser procesos apegados a lo técnico y a lo legal, sin excesos de autoridad. Se deben aportar las pruebas suficientes para que el infractor reconozca que cometió una falta y pague la sanción en el plazo estipulado. Además, que no se conviertan en motivo de congestión para la Secretaría de Movilidad por la cantidad de trámites por resolver, pero tampoco permitir que medien los amiguismos y dejar de cobrar las multas a ciertos infractores. La norma debe ser para todos por igual.

Los sitios de ubicación de las cámaras deben ser lo suficientemente señalizados para que los conductores queden advertidos, ayudará a ir tomando conciencia de las buenas prácticas al conducir, pero estas deben prevalecer así no existan estos equipos. No puede ser que se necesite un policía vigilando a cada ciudadano para que se porte bien, y cuando no está, el desorden impera. Se debería contemplar pronto multar también a los que se exceden en velocidad, sin ralentizar la movilidad local, pero a ritmos que permitan reaccionar y maniobrar. Todos estos pasos evitarán además que sigan creciendo los accidentes y las muertes en las vías, y eso hay que apoyarlo porque el beneficio es para todos.