El exfarc.
Heriberto Ceballos Velásquez, de 31 años, fue miembro de las Farc, lo detuvieron, tiene dos condenas y lo mandaron a la cárcel de La Dorada. Sin embargo, desde allí se dedicó a intimidar a personas incautas. Esta semana aceptó cargos por concierto para delinquir agravado y extorsión (unas 16).
Repararía a sus víctimas en unos $10 millones, aunque la banda extorsiva a la que pertenecía les quitó $69 millones a los afectados. El juzgado avaló el allanamiento y en próximos días dictará sentencia. Se espera que en este tiempo repare económicamente a los extorsionados y así obtendría un descuento en la pena.
Ceballos Velásquez "trabajó" desde la cárcel Doña Juana de La Dorada con alias Pin o Carlos Andrés Restrepo Calle, a quien conoció en el patio 5. Luego dejó de hacerlo, porque le robó. Los giros los cobraban particulares (familiares), fuera del centro de reclusión.
Llamaban a las víctimas y se identificaban como miembros del Eln, frente 47 de las Farc, fuerzas de izquierda, Autodefensas del Magdalena Medio y Urabeños. Pedían "colaboración" para la compra de diferentes insumos, medicamentos, radios de comunicación, camuflados, dineros que debían consignar por Susuerte, Efecty, Éxito, Baloto, so pena de sufrir las consecuencias.
A un caldense le exigieron $1 millón 160 mil para pagar unos medicamentos en el Hospital de Pácora, pero después le indicaron que debía consignar ese dinero a una mujer de Aguadas. Respondió que no tenía, entonces lo amenazaron con matarle a la hija y a la esposa. Por el temor, envió el dinero a las 11:00 de la mañana de ese día, por Susuerte.
Ceballos Velásquez enredó a una mujer para inscribirla entre sus visitantes y pedirle reclamar giros de su "emprendimiento": la supuesta venta de minutos dentro de la cárcel y la comercialización de camas, nocheros en madera, puertas y hamacas que elaboraba dentro de la cárcel. "Saque de ahí para tanquear su moto o para pagar el arriendo", le decía y con eso la mantuvo como colaboradora.
¿Quién es?
Heriberto Ceballos Velásquez está ahora en la cárcel de Itagüí. Ingresó a las milicias rurales de las Farc, al frente 36, en el 2003, cuando alias Guacharaco era el comandante. Lo reclutó un señor al que le decían Parrita, miliciano de la región de Campamento (Antioquia).
Allí empezó a militar en las zonas de La Mina, El Barsino, San Roque, La Zolita, y demás veredas del municipio, que eran sus áreas de injerencia. Recibió un entrenamiento militar básico de alias Diego, jefe de milicias de la zona, para disparar fusil, estrategias de ataque, de retiro y algunos preceptos básicos de los estatutos de las Farc.
Algunas veces utilizó camuflados, radios de comunicación, armas y las insignias de la guerrilla, solo cuando vestía el uniforme.
En el 2004 centró sus funciones en Medellín, llevando camuflados, municiones y otras cosas que requiriera la organización. Las enviaban en carros de panela o rutas de Coonorte. También adelantó labores de inteligencia a la Policía de Campamento y participó en hostigamientos al Ejército.
El 29 de enero del 2010 fue capturado en la vía que de Campamento conduce a Yarumal, a los dos días de escapársele un secuestrado, Humberto Campo. Fue sentenciado además por matar a Jhon Jairo García.
En el 2020 rechazaron su ingreso a la Justicia Especial para la Paz. En julio de ese año presentó una solicitud de amnistía y libertad condicionada ante esa jurisdicción.
Su condena quedaría en unos seis años. Le figuran dos en Rama Judicial. Una de 39 años por secuestro simple y secuestro extorsivo agravado. Otra de 17 años y 7 meses por porte ilegal de armas de fuego y homicidio en persona protegida.