¿Cómo se puede mejorar la experiencia de sus clientes cuando pagan en su punto de venta?

Seguramente le ha tocado ir como cliente a una tienda en la que la fila es eterna por culpa de procesos de pago lentos que, además de arruinarle la experiencia, le convencen de no regresar al local en el futuro.

Cuando llega el día en el que abre su local, quizá piensa “yo no voy a cometer ese error”, pero a la hora de operar y el flujo de usuarios se eleva considerablemente… La historia cambia, ¿verdad? Claro: en primera instancia parece un problema difícil de resolver; sin embargo, basta con algunos ajustes para que deje atrás los innombrables cuellos de botella.

¡Quédese a conocerlo!

Implemente un sistema de cobro que trabaje a tu ritmo

Hoy en día, los software POS son populares por una razón: actúan como ayudantes del personal en el mostrador y unifican tanto ventas e inventario como descuentos y cobros. Ejemplo de ello es la solución lanzada por Siigo para restaurantes, cafeterías e, incluso, ferreterías y tiendas de ropa/joyería.

Además de facilitar la emisión de documentos soporte, notas crédito y débito electrónicas, se encarga de clasificar productos en stock y optimizar la logística de los mismos; también es un apoyo en el cumplimiento de todos los requisitos exigidos por la DIAN e incluye el control de turnos, la ejecución de precuentas, reportes y más.

Este tipo de herramientas se diseñan para el dueño que conoce su negocio, pero no tiene tiempo para forcejear con planillas ni precios mal tipeados y que anhela recuperar el control en los momentos de presión.

 

Factura rápido y gana credibilidad

Con la implementación del Documento Equivalente Electrónico, que reemplaza al tradicional tiquete POS y demanda una mayor precisión en los registros, la DIAN pretende formalizar las ventas y hacer que su registro sea más sencillo para comerciantes y clientes por igual.

No obstante, varios comercios han tenido que adaptar sus procesos y demostrar, por un lado, que cuentan con buena organización, y por el otro, que son transparentes, ya que solo una omisión en los datos del comprobante generado al momento del pago puede acabar con la reputación que tanto costó construir.

¿La solución? Confiar en un sistema POS punto de venta que automatice dicha tarea, garantice el cumplimiento normativo a través de unos pocos clics y acelere el flujo en el mostrador, pues no se necesitan llenar campos manualmente ni repetir pasos.

El plus es que, al registrar en automático lo vendido, hay menos equivocaciones, y por lo tanto, menos reclamos posteriores: el cliente se va con una copia clara y usted conserva un historial exacto de sus movimientos.

Ordena el mostrador

Dado que la zona de cobro es el último lugar que ve la gente, debe asegurarse de que sea un espacio acomodado; ni siquiera se tiene que preocupar por remodelarlo, solo has esta pregunta: ¿qué sobra y qué falta? A veces, es tan básico como dejar un hueco para que la persona apoye su cartera o una pequeña flecha en el piso marcando por dónde avanzar.

A través de tales acciones, comenzará a notar cómo las filas se mueven con mayor agilidad y el personal es capaz de añadir un plus a la atención que brindan, por ejemplo, sugiriendo productos adicionales, haciendo un recordatorio de alguna promoción, etc.

Inconscientemente, los usuarios van a registrar si le facilita las cosas, o si, por el contrario, se las complicó. Un proceso sin problemas es una despedida silenciosa en la que le comunica que su comodidad importa y eso, aunque no lo crea, llega a valer más que un descuento.

 

Haz que pagar sea tan agradable como comprar

Y hablando de la atención… ¿Considera que la o las personas designadas para estar frente a la caja han recibido una correcta capacitación? Piensa en quienes sí atienden de forma veloz… aunque de mal humor, o en los trabajadores que, a pesar de poseer una buena actitud, se demoran empacando/cobrando.

Es cierto que hay clientes para los que una fila larga es sinónimo de éxito y deciden esperar con tal de consumir lo que vende, pero los que andan con prisas lo interpretan como una advertencia de que el proceso de atención no está funcionando, y peor aún, descartan el establecimiento como una opción viable.

Evalúe cómo está cobrando y ejecute cambios

Párese un momento frente a la caja y limítese a mirar cómo estira el brazo el trabajador para alcanzar el datáfono, los posibles conflictos que surjan sobre una cuenta errónea… En fin, todos y cada uno de los microgestos que pase por alto en el día a día.

Tras identificarlos, podrá darle una solución inmediata; a medida que haga de esto un hábito, ya no apagará incendios y empezará a prevenirlos. Mientras su competencia apura al cliente para que se vaya, puede estar convirtiendo esos instantes en una razón para que regrese:

  • Un “le alcanzo la bolsa” mientras la tarjeta procesa.

  • Un “¿necesita factura?” antes de que lo pida.

  • Un “gracias [nombre]” que suene genuino.

Ese toque humano es el que hace que la gente elija volver… aunque no sepa explicar por qué.

 

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