Fotos | www.freepik.es | LA PATRIA | Humedecer las lesiones puede servir frente a los síntomas. Consulte a un experto.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria que no solo afecta la piel, esta tiene impacto en la salud mental, la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo de quienes la padecen. Así lo asegura la Asociación Colombiana de Alergia, Asma e inmunología (ACAAI).
Esta condición se caracteriza por enrojecimiento, inflamación, sequedad, picor intenso y lesiones cutáneas que aparecen en distintas zonas, según la edad: en lactantes suele manifestarse en mejillas y extremidades; en niños, en pliegues de codos y rodillas; y en adultos, en cara y tronco.
Los factores desencadenantes incluyen cambios climáticos, sudoración, lana, jabones agresivos, cloro, humo del tabaco, polvo, ácaros y contaminación ambiental. El estrés es un potente agravante, ya que altera el sistema inmunológico y genera un círculo vicioso: picor, rascado e infección.
El impacto en lo psicológico
Más allá de los síntomas físicos, provoca consecuencias emocionales y sociales. Estudios reportan que niños y adolescentes pueden enfrentar matoneo, debido a la visibilidad de las lesiones, lo que incrementa el aislamiento y la ansiedad.
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La ACAAI sugiere:
- Mantener la piel hidratada: aplicar cremas o emolientes sin fragancia varias veces al día, especialmente después del baño, ayuda a reducir la resequedad y la picazón.
- Evitar desencadenantes: identificar y reducir la exposición a factores que empeoran los síntomas, como ciertos jabones, detergentes, polvo, temperaturas extremas o ropa sintética.
- Baños cortos y con agua tibia: duchas de 5 a 10 minutos, con agua no muy caliente, seguidas de la aplicación inmediata de hidratante para retener la humedad.
- Usar ropa de algodón: prendas suaves, transpirables y sin etiquetas que puedan irritar la piel. Evitar lana y telas ásperas.
- Tener uñas cortas y limpias: para reducir el daño en la piel por el rascado y prevenir infecciones secundarias.
- Seguir las indicaciones médicas: uso correcto de medicamentos tópicos o tratamientos sistémicos, cuando sean prescritos.
- Controlar el estrés: practicar técnicas de relajación, ya que la salud mental impacta directamente en los brotes.
- Consultar con especialistas: un dermatólogo o alergólogo puede ofrecer estrategias personalizadas y evaluar opciones como la terapia biológica en casos severos.
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No olvide
Cualquier día es una oportunidad para sensibilizar sobre la magnitud de la dermatitis atópica y para recordar que su atención no puede limitarse al control de los síntomas cutáneos.
Tenga en cuenta
La dermatitis atópica trasciende la piel. Requiere de un abordaje coordinado, sensible y basado en la evidencia, para garantizar que quienes la padecen puedan vivir con dignidad, bienestar y calidad de vida.
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