Las autoridades en Caldas deben actuar oportunamente, pero sobre todo con mucha efectividad y hacer lo que más puedan con sus recursos. Los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) no son nada tranquilizantes, para el trimestre mayo-julio las lluvias estarán por encima de lo normal en gran parte del país. Han sido tan intensas las precipitaciones durante estos primeros meses del 2025 que los suelos ya están sobresaturados y parece que no resisten más. Por efectos del invierno en Caldas ya son ocho personas fallecidas: una en Manizales, cinco en Villamaría y una en Anserma.
Durante estos meses se han registrado en Caldas múltiples deslizamientos que tienen bastante afectada la movilidad por vías principales, secundarias y terciarias de todos los puntos cardinales; además se ha tenido la reactivación de viejos problemas en laderas, terrenos y afluentes que llevan años esperando que las administraciones y el Gobierno nacional intervengan. Son los mismos sitios en los que en cada invierno las lluvias hacen de las suyas dejando muertos, heridos y daños a los bienes muebles e inmuebles de los ciudadanos, que al final nadie reconoce.
Hay comunidades incomunicadas y ciudadanos en riesgo, sobre todo quienes obligatoriamente necesitan movilizarse por estas zonas tan desprotegidas para realizar sus actividades cotidianas y de sustento. El Ideam reporta que aunque el país entró en una fase climática neutral (que se extendería hasta el trimestre agosto, septiembre y octubre), las lluvias van a continuar, más moderadas (con reducciones calculadas para esta Zona Andina entre el 10% y el 30%), pero siguen como efecto de otros fenómenos meteorológicos como el inicio de la temporada de huracanes.
Mucho de lo se está registrando en Caldas no debería ser por ineficiencia estatal, de no haber actuado antes de que se iniciarán estas temporadas invernales, pues el departamento le ha venido solicitando a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) recursos para mitigar lo más que se pueda los riesgos de deslizamientos y de inundaciones, sin una respuesta efectiva. Supía es de los municipios que ha clamado esta ayuda, pero a pesar de las muchas advertencias por riesgo de inundación cada que hay periodos de lluvias fuertes se aumentan los caudales del río Supía y de las quebradas Grande y Rapao y se deja que sigan ocurriendo estos fenómenos. El último este fin de semana.
Es cierto que las alcaldías son las primeras responsables de la mitigación de riesgos, de mantener las vías en el mejor estado, pero los presupuestos y los recursos propios de todos nuestros municipios son tan reducidos por la categoría en la que están ubicados que en la mayoría de casos solo les permiten ejecutar pequeñas acciones y lo que terminan siendo son paños de agua tibia que de muy poco sirven. Las obras que se requieren son bastante costosas. Por eso la opción que les queda es acudir a la Gobernación de Caldas, que tampoco es boyante, y al Gobierno nacional.