Muy positivo para Manizales ver cómo se empieza a concretar lo que surgió como un sueño visionario de planificadores de la ciudad. Hace 19 años se empezaba a hablar del Triángulo de Oro, una zona rural comprendida entre las veredas El Rosario, La Trinidad y La Manuela, del Corregimiento El Remanso, para la expansión urbana del municipio. Desde entonces se han exaltado sus condiciones topográficas, ambientales, climatológicas, viales, dotación en servicios públicos y la cercanía con Manizales y Chinchiná que le permiten ser jalonadores de crecimiento.
Terminó de darle esta ventaja competitiva a El Rosario su inclusión en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del año 2017. Hace unos meses se empezó a ejecutar el Plan Parcial El Rosario, que comprende unas 380 hectáreas de terreno aledaño a la vía de Autopistas del Café y a la Sede Campestre del Club Manizales. La importancia de esta iniciativa es que allí se busca el crecimiento de vivienda y de otros usos para conformar la nueva Ciudad Rosario, una apuesta al desarrollo regional sobre el corredor vial Buenaventura-Barranquilla. Se trata de un propósito que contempla seis etapas. La primera que entregarían a inicios del 2026, y está en ejecución con obras de urbanismo, y posteriormente continuarían las demás etapas planeadas para ser concluidas entre cuatro y ocho años, dependiendo de lo que permita la dinámica inmobiliaria.
Será esencial para Manizales que esta área de expansión de El Rosario no escatime en diseñar viviendas y espacios públicos con lo normativo, claro está, pero que sea sobre todo una oferta pensada en el bienestar de sus pobladores a través de un urbanismo más equilibrado, estético y dignificante, ojalá menos denso y desordenado de lo que se observa con muchos proyectos de vivienda en la ciudad que fueron hechos sin pensar en que se requieren residencias cómodas, áreas comunes, parques, parqueaderos suficientes y dotación en general para un buen vivir sin generar problemas urbanísticos. Esta zona de El Rosario cuenta las ventajas competitivas para hacerlo.
El beneficio, con seguridad, se extenderá además con usos del suelo institucionales y comerciales que irán llegando a la zona, lo que también se debe dar bajo estricto cumplimiento de lo que plantea el POT, y si no existen normas regulatorias hay que establecerlas para no empezar a crear conflictos. Muchos son los casos en la ciudad en los que por permitir la mezcla de usos del suelo lo que se empieza a dar es una desvalorización de los inmuebles y un deterioro en las condiciones de vida de los habitantes por efecto del ruido excesivo y la presencia de establecimientos considerados con usos de alto impacto. En ello todas las autoridades deben ser muy cuidadosas y poco laxas.
Ciudad Rosario se convertirá además en un importante hecho metropolitano, así Chinchiná no haga parte del Área Metropolitana del Centrosur de Caldas, pero será un motivo más que suficiente para demostrarle a este vecino municipio y a sus pobladores que vale la pena integrarse por los beneficios que comenzarán a darse a raíz de este proceso de expansión urbana. También servirá para resolver definitivamente el futuro del peaje de Pavas, actualmente de la Concesión Autopistas del Café, que no podría quedar dentro del suelo urbano y lo que habría que hacer es desmontarlo.