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La Manizales de hoy no es la misma de hace unas décadas, cuando los habitantes asumían y acataban calladamente los actos administrativos de los alcaldes, así no fuera lo más conveniente, y eran pocos los que contradecían desde la sociedad civil. Era un rol de control político a través del Concejo. Se tiene ya una ciudadanía quizás más interesada o de pronto más cualificada para opinar y hacerles seguimiento a los proyectos municipales, que es lo que se está percibiendo en relación a iniciativas de obra pública de la Alcaldía de Jorge Eduardo Rojas.
Se han visto reacciones en contra de los bulevares en los barrios San Jorge y Chipre, que ya están en construcción, y del parque de mascotas en el barrio La Enea, que aún no se inicia. Los dos primeros han tenido fuertes críticas en defensa de los árboles y la vegetación plantada por donde pasarán estas intervenciones físicas, y el parque, que propone la Administración como un regalo para La Enea, no lo quieren aceptar algunas personas porque insisten que no responde a las más urgentes necesidades del barrio y lo que piden es que se invierta en otras áreas.
Los sistemas democráticos más genuinos son los que permiten libremente desarrollar un ejercicio ciudadano para participar en los hechos públicos que se producen en el entorno, inclusive en la toma de decisiones; pero claramente este ejercicio legítimo, que así visto es muy positivo, hay que diferenciarlo de quienes buscan es presionar a las administraciones con otros intereses, incluyendo cuando se actúa en beneficio propio o con fines politiqueros y electorales, mucho más en un año previo a elecciones como es este 2025.
Se espera que ninguna de las acciones ciudadanas que se están dando en rechazo a las obras de la Administración tengan que ver exclusivamente con buscarle hacer oposición al alcalde o en retaliación, convertirse en un palo en la rueda sin motivaciones e impedir que el burgomaestre ejecute para que no gane réditos. Ojalá que lo que esté primando sea el interés colectivo, que lo que esté moviendo a las personas a protestar sea buscar que los ojos de la Alcaldía se pongan en lo medioambiental, que tanta falta está haciendo en la ciudad, empezando por plantar más árboles y no tumbar los pocos que hay en buenas condiciones, o que el gasto público se concentre en resolver cosas más urgentes que un parque de mascotas.
La Administración municipal también tiene que estar abierta a acoplarse a los cambios sociales y saber interpretar lo que viene desde los gobernados. La participación en la ciudad sigue siendo escasa. En la Encuesta de Percepción Ciudadana 2024 de Manizales Cómo Vamos se observa que el 64% de los consultados expresaron que no participan de ninguna organización, espacio o red; por ello causa inquietud que muchos estén interesados ahora en organizarse para frenar los proyectos y se tenga que cambiar lo planeado. Rojas sabe ejecutar, y si lo que está haciendo falta es escuchar más a las comunidades para que las obras fluyan, pues la Administración debe proceder. La finalidad de todas las partes tiene que ser la ciudad.