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La paciencia ciudadana se agotó con los motociclistas que no quieren cumplir las normas de tránsito en vías urbanas y rurales, ni acatar las decisiones de las autoridades. No son todos y eso también hay que decirlo, pero igualmente son muchos los que se empecinan en transitar según sus maneras, infringiendo toda regla. Eso es lo que tanto molesta, porque no pueden considerarse excluidos de los deberes que atañe la delicada acción de conducir con todas las de la ley un vehículo, como sí lo hace el resto, y ello incluye contar además con documentos y requisitos como el SOAT y la revisión tecnicomecánica al día, que son los mínimos exigidos.
Las rodadas realizadas la semana pasada con motivo del Halloween en varias ciudades del país, incluyendo a Manizales, a pesar de que la Alcaldía en esta ciudad emitió una directriz prohibiéndolas, son un ejemplo de la insubordinación de motociclistas. De todas maneras salieron de manera desafiante, incluso antes de ese día, el miércoles de 7:30 de la noche a 1:00 de la mañana, a recorrer calles y avenidas, interfiriendo con la movilidad y el descanso del resto de personas. Resulta demasiado intimidatorio para un peatón o cualquier otro conductor encontrarse con una masa de motorizados, que no se detienen ante nada a pesar de las advertencias.
Allí hubo exceso de velocidad, motos modificadas, maniobras peligrosas como los piques, uso de pólvora, motociclistas sin casco o sin chaleco reflectivo, otros sin SOAT ni revisión tecnicomecánica y vehículos sin placa. Las autoridades identificaron las rutas e hicieron controles, con un saldo, solamente de ese día, de 103 comparendos impuestos y 51 inmovilizaciones. Muy grave que en este proceso hayan incautado un arma traumática a un motociclista, elemento que no tiene relación alguna con una rodada, y como si fuera poco, por grupos de WhatsApp amenazaron con “darles duro” a los agentes de tránsito si no les permitían la rodada del 31 y con lanzarles papas bomba.
Ningún conductor tiene por qué actuar de esta manera, las autoridades deben investigar a fondo y ponerles freno a este tipo de exabruptos y a sus autores. Las vías del país no pueden seguir siendo el escenario de agresivas formas de conducir, que están poniendo en riesgo la vida y la tranquilidad de las personas. Las normas tienen que ser para todos por igual y quien no las cumpla, tendrá su comparendo. La Agencia Nacional de Seguridad Vial reporta que entre enero y septiembre de este 2025 murieron en Colombia 3 mil 951 personas en moto, la mayoría al chocar contra objeto fijo. En el mismo periodo del 2024 fueron 3 mil 649. Dice mucho de la manera en que están conduciendo estos vehículos.
Ya se debería legislar en el Congreso de la República sobre las motocicletas. Endurecer exigencias, aumentar el monto de las multas para infractores y más si son reincidentes, establecer el cobro de peajes para motos de alto cilindraje, prohibir que se siga afectando con estos vehículos el derecho a la movilidad del resto de ciudadanos. El país no puede seguir permitiendo que estos motociclistas hagan de las suyas en calles y carreteras y que no suceda nada contra ellos.