El Gobierno de Gustavo Petro empieza hoy el conteo regresivo. Le quedan 12 meses para concluir su periodo de cuatro años que deja enormes vacíos en el país, ratificado en que de las metas e indicadores trazados en su Plan Nacional de Desarrollo (2022-2026) el avance de cumplimiento a hoy es de solamente el 58%. Muestra la fuerte deuda con la que se irán Petro, su gabinete actual y quienes han pasado por este Gobierno; lo que hay en Colombia son grandes problemas, la mayoría que se dejaron crecer, y ejecuciones sin realizar por una Administración que llegó proponiendo cambios que no logró.
Lo más complejo es que aunque el presidente Petro quiera en este su último año ponerle el acelerador ahora sí a las ejecuciones, ya es tarde porque el país entra el 8 de noviembre, en tres meses, en Ley de Garantías Electorales en municipios y departamentos para lo que serán las elecciones a Congreso de la República, y el 31 de enero del 2026 se empieza a aplicar esta figura para el orden nacional previo a la primera vuelta presidencial. Esta Ley restringe las modalidades de contratación a través de convenios interadministrativos y de contratación directa, que son las más expeditas para agilizar la gestión pública.
Además, así el presidente Petro renueve su gabinete en esta recta final, de muy poco le servirá porque el tiempo corre en su contra para recomponer especialmente la difícil situación de seguridad nacional en todo el territorio, con regiones asediadas por guerrillas, autodefensas y grupos ilegales; el gran déficit fiscal en que se encuentra el país y la alta deuda pública, que solo se podrán empezar a superar con drásticas medidas de recorte de gastos, y el sistema de salud en picada y al borde del colapso por decisiones gubernamentales erradas para manejarlo. Son tres de muchos otros problemas graves que marcan el fin del actual Gobierno, empañado además por delicados hechos de corrupción.
Son puntos que deben ubicarse en el mapa de los votantes para las elecciones a Congreso y Presidencia. Que en el panorama político haya más de 50 personas -algunos señalan hasta 75- buscando ser candidatos presidenciales tiene que llevar a una seria reflexión para que sepan dar un paso al costado. Son muchos los que no reúnen las condiciones para este cargo, porque se requerirá de alguien con capacidades excepcionales que lleve a recuperar la estabilidad nacional en todos los ámbitos y que el país no siga perdiendo en lo que se había ganado y avanzado. Es innegable que Colombia requiere reformas, como buscó hacerlas el presidente Petro, pero ninguna podía ser inmediata ni inducida, sino en un proceso gradual de transformación, y en ello deberá muy cuidadoso quien lo suceda en la Presidencia.
El desgaste que ha sufrido la participación política por cuenta de promesas incumplidas no puede seguirse repitiendo. Los colombianos debemos salir a votar y ser exigentes con quienes buscan la Presidencia, las campañas deben ir más allá de manidos discursos y del simbolismo de los partidos para mostrar en profundidad cuáles son los caminos y las estrategias que plantean para Colombia en el próximo cuatrienio. Lo que está en juego, en verdad, es el futuro del país.
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