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El efecto de la escisión de las organizaciones políticas es que el país tenga ya 35 partidos con personería jurídica del Consejo Nacional Electoral. En marzo del 2023 eran 31, y la lista tiende a crecer porque hay partidos que esperan este aval. La dispersión de fuerzas ha llevado a partidos tradicionales y alternativos o emergentes a una ausencia de representatividad, de la que Caldas no está exento.

Se observa en lo que serán las elecciones a Congreso de la República el 8 de marzo del 2026, para escoger senadores y representantes a la Cámara. Será un día clave no solo para respaldar organizaciones, sino también a quienes harán las leyes en el país durante cuatro años, los que realizarán el control político al próximo gobierno nacional y los que defenderán y representarán a los departamentos en esas corporaciones.

De los congresistas además se espera que ayuden a jalonar los intereses y los grandes proyectos regionales y a hacer gestiones ante el gobierno central, una especie de puente para llegar a ministerios y direcciones. Que buena parte de nuestros políticos locales y regionales estén anunciando respaldos para las elecciones a Senado a precandidatos de otros departamentos tiene que preocupar a todos los caldenses.

Dejar a Caldas sin figuras relevantes en el Senado llevará a repetir la historia de partidos que optaron por esa estrategia política y hoy estamos viviendo las consecuencias. Se trata de senadores que en campaña vinieron a pedir votos a Caldas, los encontraron a través de líderes políticos que buscaron catapultarse en Cámara de Representantes y en otros espacios, pero en este periodo fue poco o nulo el apoyo que desde sus curules en Senado dieron en beneficio del departamento y estuvieron ausentes con la región.

Hay un riesgo de que Caldas se quede sin senador a partir del 2026. Por el momento hay tres precandidaturas fijas: Camilo Gaviria Gutiérrez y Carlos Felipe Mejía del Centro Democrático, que va con lista cerrada y será potestad de las directivas definir a quiénes pondrá de primeros para que lleguen; Wilder Escobar, representante a la Cámara por Gente en Movimiento (lizcanismo) que iniciará campaña por esa organización, requiriendo al menos 70 mil votos en lista abierta.

El senador Guido Echeverri, de En Marcha, con un caudal político desgastado y en medio de realidades que poco le favorecen, podría quedar por fuera si no logra apoyos concretos, y el representante a la Cámara del Nuevo Liberalismo, Juan Sebastián Gómez, no define aún si va para Senado o busca otra vez Cámara. Queda el exsenador Jorge Enrique Robledo, que no es del departamento, pero su vida política la inició en Caldas y tiene nexos con esta región, pero sus intereses son más nacionales.

Estamos a tiempo para que los partidos y los jefes políticos en Caldas revalúen sus apoyos y piensen más en el futuro del departamento. Lo que necesitamos son más interlocutores y personas que aboguen por él. Los que no tienen otra opción, a la hora de hacer acuerdos programáticos deberían dejar muy claro y por escrito lo que se espera y se pide para Caldas. No hay que seguir apoyando a personajes que aparecen antes de elecciones y poco se les vuelve a ver o ni siquiera cumplen lo que aquí prometieron en campaña.