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Lo preventivo es lo rescatable de la propuesta de reforma del Gobierno; pero si no hay un consenso entre las partes y los cambios se van haciendo paulatinamente entre todos los que intervienen en la prestación de los servicios de salud, lo que seguirá es el cierre de hospitales y clínicas y que las personas se enfermen más.

Es grave lo que está ocurriendo con la salud en Colombia, sin que el presidente Petro quiera entrar en razón en cuanto a que la reforma que propone no es la mejor salida para el momento actual. Lo que hay es una tozudez de sacarla a flote sin dimensionar el daño a la vida y a la salud de los colombianos. Es una reforma centrada en disminuir o desaparecer la intermediación de las EPS y en convertir el sistema en uno netamente público, que ya se vivió en el país con efectos negativos.
No puede estar ocurriendo que con tal de justificar una reforma, el Ministerio de Salud y las entidades relacionadas con el sector vengan aplicando mecanismos administrativos que pusieron a punto de colapso a EPS y a IPS. La Secretaría de Salud Pública de Manizales se vio obligada a declarar al municipio en alerta hospitalaria por el caos en los servicios de urgencias y de hospitalización de la ciudad, derivados de la no entrega de medicamentos a los pacientes, como lo prescriben los médicos tratantes, sufriendo graves descompensaciones y colapsando los servicios.
Todo se deriva de la falta de pagos de las EPS a los prestadores de salud (IPS), y, en esto que se convirtió en un círculo vicioso, el Gobierno tampoco le gira a las EPS. Es tan evidente la reducción de recursos que lo que llega no es suficiente ni requerido, y hoy muchas personas se están teniendo que quedar sin atención o con tratamientos interrumpidos. La Secretaría de Salud de Manizales y las autoridades departamentales, juntas, deben seguir insistiendo por una solución nacional.
Hay un llamado del Municipio para hacer el mejor y más adecuado uso de los servicios de salud, porque también se ha encontrado que alrededor del 90% de quienes acuden a los servicios no llegan por urgencias vitales. En momentos de crisis como esta a los ciudadanos también nos corresponde aportar, tratando de ser muy honestos a la hora de buscar una atención de salud. Claro que también corresponde a las EPS cumplir sus obligaciones y objetivos, porque para no llenar clínicas ni hospitales siempre será clave que estas empresas permitan el acceso a consultas médicas generales y con especialistas, entreguen las medicinas oportunamente y en las cantidades suficientes, y autoricen los procedimientos. De lo contrario los pacientes seguirán enfermando y con padecimientos más graves.

La alerta hospitalaria se mantendrá en Manizales hasta que la situación cambie. Lo más complejo es que esto no puede quedarse así por tiempo indefinido, dejando de atender a muchas personas y solo priorizando a los más graves. Lo preventivo es lo rescatable de la propuesta de reforma del Gobierno; pero si no hay un consenso entre las partes y los cambios se van haciendo paulatinamente entre todos los que intervienen en la prestación de los servicios de salud, lo que seguirá es el cierre de hospitales y clínicas y que las personas se enfermen más y que sus padecimientos se agraven hasta llevar a la muerte.