Antes de entrar en materia y comparar a Donald Trump con este enano, aclaro que en la España de Cervantes, “venta” era una posada rural en la cual pasaban la noche arrieros, estudiantes, comerciantes, trajinantes, e incluso caballeros andantes como Don Quijote.

Un ventero o posadero había que para enderezar los huéspedes alborotadores, usaba un enano que asomaba su cara desde alta ventana, conminaba a los problemáticos, y con su voz cavernosa y con su ceño fruncido les imponía respeto y acatamiento.

Hasta que un estudiante resolvió retarlo a que procediera con sus amenazas, bajara y se enfrentara. Al hacerlo se descubrió que era un personaje de fachada.

Atrevida esta comparación, pero a Trump le podría ocurrir lo que al personaje de esa venta.

Aclaro: ello en los aranceles que a porrillo esgrime. Le informarán los profesores del primer año de economía, que esta frase de Trump, “arancel, la palabra más bella”, retardataria, resulta explosiva.

La peor crisis económica que conoce la humanidad, la “Gran Depresión”, ocurrió un martes 29 de octubre de 1929. Ese día, por razones especulativas, hubo una caída masiva de las acciones en los Estados Unidos. Crack, quiebras, desempleo.

Queriendo solucionarlo, los congresistas Reed Smoot y Willis Hawley, republicanos, elevaron los aranceles un 22% para fomentar el empleo y la producción nacionales.

Los países perjudicados impusieron igual: “Ante un espadachín, saca la espada; no recites poesía ante quien no es poeta”. (Hoy vale).

Las exportaciones cayeron 60%; llegó el círculo vicioso: más desempleo y menos demanda y consiguientes recortes de producción y empleos. Y más depresión.

Hoy el 61% de las exportaciones de EE. UU. van a Canadá, México, China y la Unión Europea, que “sacarán la espada”. Trump contra el mundo.

Y los poderosos, los de los altos negocios en su país, le advertirán que los aranceles no crearán de inmediato las industrias protegidas, pero sí subirán los precios.

Le contarán que los inversionistas norteamericanos en el extranjero, que exportan a EUA desde allá, se verán perjudicados.

México y Canadá son elocuentes. Después del tratado de libre comercio, la inversión gringa allá se disparó, con sus consiguientes exportaciones a EUA.

¿Qué pensaran esos inversionistas norteamericanos, exportadores desde México y Canadá, que sufrirán esos aranceles?

Discursos de posesión de los mejores presidentes de ese país apelaron a los principios, buscando elevar el espíritu de sus compatriotas. Washington: “la preservación de la libertad exige virtud, humildad y devoción a los principios más elevados”.

Lincoln: “con caridad para todos, trabajemos para sanar las heridas”. Kennedy: “con humildad respondamos al llamado del deber… la verdadera grandeza del espíritu humano”.

El pasaje de Obama, el 20 de enero del 2009, es el mejor contraste: “A los pueblos y gobiernos que nos observan hoy, desde las grandes capitales hasta el pequeño pueblo donde nació mi padre, os digo: sabed que América es amiga de toda nación, mujer y niño que persiguen un futuro de paz y dignidad. Asumiremos ese liderazgo”.

Trump, de su discurso de posesión y el petróleo, rescato esta frase (textual): “a perforar, baby, a perforar”.