Por más información internacional

Reciba, doctor Santiago, un atento saludo.

La Patria ha venido desmejorando, casi imperceptiblemente, la información internacional, tan importante hoy en día por las noticias, crisis y problemas de los países. En muchas ocasiones las noticias son muy pocas, a veces no sale ni una sola, con frecuencia la página Mundo está ocupada en parte por espacios de publicidad.

La llegada suya a la Gerencia y Dirección del periódico de casa representa una auténtica esperanza para los lectores y suscriptores que buscamos estar bien informados en el campo internacional. Para este servidor y para otros bastante numerosos no hay como informarse en un diario de papel físico; esto es mucho mejor y más efectivo que oír la radio, ver la televisión o informarse por Internet, sea en un computador, sea en el celular.

Pendiente de un progreso en esta materia, suscribo deseándole el mayor de los éxitos en la gestión que acaba de emprender al frente de esa casa editorial.

Jaime Pinzón Medina, presbítero

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Respuesta de la Dirección

Estimado presbítero Jaime, un saludo muy especial.

Muchas gracias por su mensaje, por la claridad con que nos presenta su expectativa en relación con los contenidos y por la generosidad con que nos comparte su valoración a nuestro periódico. Su mensaje es una señal clara de la dirección hacia la que debemos llevar el proceso de fortalecimiento que hemos emprendido, todo el equipo humano de esta maravillosa empresa, guiados y acompañados por una Junta Directiva que comparte su interés y su deseo de ver en nuestras páginas cada vez, información más completa, más potente, más influyente.

Confiamos en que en los próximos meses usted sea testigo activo de este proceso y siempre serán bienvenidas sus sugerencias, observaciones e inquietudes.

Un atento saludo,

Santiago Villegas Yepes, director.

 

Oxígeno para el dictador

A diferencia de nuestro presidente actual, el primer mandatario de Chile, el joven Gabriel Boric, de clara estirpe de izquierda, no ha tenido “pelos en la lengua” para llamar dictadores (no sólo en este momento) a personajes tan nefastos como Nicolás Maduro y Daniel Ortega. Tampoco los ha tenido para pedir al gobierno cubano que respete las manifestaciones de inconformidad de su pueblo. Es que ser de izquierda no es carecer de sensatez; tampoco equivale a respaldar una causa común sin reparar en los medios empleados para impulsarla y defenderla. Izquierda y maquiavelismo no pueden confundirse.

Algún reconocimiento han tenido el carácter y la honradez con que actúa el presidente Boric (a pesar de tener que gobernar en incómoda coalición con el Partido Comunista, que ha guardado silencio frente a lo que él valientemente denuncia), para que el desagradable AMLO de México (que nunca maduró), el ahora más maduro Lula (¡ya era hora!) y el eterno adolescente Petro hayan ido a buscarlo para cubrir con el velo de su buena imagen unos oficios que este sospechoso trío dice querer realizar para dialogar con un Maduro, que de tal, sólo tiene el apellido.

No puede asegurarse en qué consistirán los diálogos (léase artimañas), pero sin necesidad de “echar las cartas” puede perfectamente esperarse que lo que pretenden es utilizar unas cuantas balas de oxígeno para prolongar la vida política del dictador venezolano y de su séquito. Y lo peor de todo es que lo conseguirán y, de pronto, hasta recibirán un Nobel por ello. Es que asistimos en Latinoamérica a un momento histórico en que el monopolio de la violencia-fuerza está pasando del Estado a los grupos de extrema izquierda. Por esto conviene siempre distinguir entre izquierda civilizada y extrema izquierda violenta y disfrazada.

Jorge O. López Villa

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Voz del lector 28 de agosto del 2024