Instituciones en riesgo
Señor director:

Y ahora sale el presidente Petro, en otro discurso veintejuliero, con la tesis de que hay que reformar completamente la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, porque está mal desde el comienzo.
No señor Petro, anote antes quiénes fueron los tres primeros directores y puede usted verificar cómo fue manejada la entidad, con calidad de servicio y honestidad.
No será mas bien que la politización y los males consiguientes vinieron después, cuando su actual ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, fue director de la UNGRD.
Pablo Medina Jaramillo


La libertad
Señor director: 

“Qué es la libertad”, así intituló María Leonor Velásquez Arango su columna del 8 de mayo, de notable contenido.
Ese título me trajo a la mente el estudio de la Filosofía. Esta materia fue definida por un gracioso como “la ciencia con la cual o sin la cual todo queda tal cual”.
San Agustín, “el mayor sembrador de ideas en el cristianismo” (según un fraile agustino), genio del pensamiento, doctor de la Iglesia, distingue entre libre albedrío (liberum arbitrium) y libertad propiamente dicha (libertas). El libre albedrío es la capacidad de elegir el bien, de escoger entre bienes; no hay libre albedrío para elegir el mal, pues eso no sería libertad sino libertinaje, defecto de la libertad, falta de libertad, carencia de libre albedrío.
La “libertas” es libertad en cuanto liberación: liberarse para realizarse. Se compone de un elemento negativo, romper las cadenas, las ataduras del pecado y de los vicios; y de un elemento positivo, la realización de la existencia auténtica, ser lo que se debe ser, llegar a ser en plenitud y perfección.
Lo del libre albedrío es doctrina aristotélica; lo de liberación es enseñanza platónica. La libertad en general es una propiedad de la voluntad, es la voluntad la que es libre.
En 1969, viajando a bordo de un bus de Expreso Palmira por el valle geográfico del río Cauca (jardín de América, paraíso terrenal), este servidor se devanaba los sesos tratando de comprender la idea de libertad. De pronto, se encendió un bombillo en su cerebro y recordó que el pensador y escritor español del siglo XX don José Ortega y Gasset acuñó la famosa frase “Yo soy yo y mi circunstancia”. Al instante el concepto de libertad se hizo clarísimo: la libertad es el poder de asumir personalmente la ineludible circunstancia.
Atentamente,
Observador católico
 

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Instituciones en riesgo
Señor director:

Y ahora sale el presidente Petro, en otro discurso veintejuliero, con la tesis de que hay que reformar completamente la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, porque está mal desde el comienzo.
No señor Petro, anote antes quiénes fueron los tres primeros directores y puede usted verificar cómo fue manejada la entidad, con calidad de servicio y honestidad.
No será mas bien que la politización y los males consiguientes vinieron después, cuando su actual ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, fue director de la UNGRD.
Pablo Medina Jaramillo


La libertad
Señor director:
 
“Qué es la libertad”, así intituló María Leonor Velásquez Arango su columna del 8 de mayo, de notable contenido.
Ese título me trajo a la mente el estudio de la Filosofía. Esta materia fue definida por un gracioso como “la ciencia con la cual o sin la cual todo queda tal cual”.
San Agustín, “el mayor sembrador de ideas en el cristianismo” (según un fraile agustino), genio del pensamiento, doctor de la Iglesia, distingue entre libre albedrío (liberum arbitrium) y libertad propiamente dicha (libertas). El libre albedrío es la capacidad de elegir el bien, de escoger entre bienes; no hay libre albedrío para elegir el mal, pues eso no sería libertad sino libertinaje, defecto de la libertad, falta de libertad, carencia de libre albedrío.
La “libertas” es libertad en cuanto liberación: liberarse para realizarse. Se compone de un elemento negativo, romper las cadenas, las ataduras del pecado y de los vicios; y de un elemento positivo, la realización de la existencia auténtica, ser lo que se debe ser, llegar a ser en plenitud y perfección.
Lo del libre albedrío es doctrina aristotélica; lo de liberación es enseñanza platónica. La libertad en general es una propiedad de la voluntad, es la voluntad la que es libre.
En 1969, viajando a bordo de un bus de Expreso Palmira por el valle geográfico del río Cauca (jardín de América, paraíso terrenal), este servidor se devanaba los sesos tratando de comprender la idea de libertad. De pronto, se encendió un bombillo en su cerebro y recordó que el pensador y escritor español del siglo XX don José Ortega y Gasset acuñó la famosa frase “Yo soy yo y mi circunstancia”. Al instante el concepto de libertad se hizo clarísimo: la libertad es el poder de asumir personalmente la ineludible circunstancia.
Atentamente,
Observador católico