Señor director:
Los contribuyentes que pagamos los impuestos para que con este dinero paguen a los empleados y se hagan obras, debemos ser tratados con respeto y alguna consideración. No se entiende que la factura de predial bimestral que financiamos quienes no tenemos la capacidad de cancelarla toda al principio del año, que siempre llegaba a nuestros domicilios, el bimestre anterior nos quedamos esperándola, no apareció. De oídas, como se dice en el lenguaje coloquial, llegó la noticia finalizando el mes informando que había que ir a reclamarlas para cancelar.
Al indagar las razones, hubo varias respuestas. “Que se presentó un problema”, ¿Cuál?, vaya a saberse. Otra versión, sin confirmar, “que ya no se entregarán más facturas a domicilio porque resulta muy costoso”. No sabemos si es cierto o no. El pueblo es a veces muy folclórico y para todo hay una razón, aunque esta no sea cierta. Si resultare cierta tiene cara de chiste, pero un chiste que no produce risa. Si algo le produce ingresos netos al Municipio y a todos es el impuesto predial, unos miles de millones sin invertir, sin arriesgar y con todas las de ganar.
Si fuese cierta la versión de costos por entregar unas facturas, se trata de un acto de tacañería que no se justifica. Costos para muchas personas sencillas que aunque parece de no creer carecen de un pasaje para movilizarse. Es cierto que Manizales es muy agradable para vivir, pero no para todos sus habitantes. Hay sectores muy pobres y deprimidos y pobreza muy maquillada, porque a nadie le gusta que le digan pobre. Esperamos que se imponga la sensatez y la cordura y la comodidad y las facturas sigan llegando a nuestros lugares de residencia.
Elceario de Jesús Arias Aristizábal

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