El señalado de intentar matar a su expareja utilizó una llave para agredirla.
LA PATRIA | MANIZALES
Desde el 13 de noviembre pasado, cuando la víctima de esta historia le dijo a José Orlando, de 47 años, que se acababa la relación, este último insultó a la mujer y le indicó que se convertiría en su pesadilla.
Este 13 de diciembre él la llamó para pedirle que le arreglara una waflera que se le dañó.
La mujer, inocente de lo que podría pasar, acudió a un edificio de Villamaría para adelantar la reparación.
El sujeto la recibió y le explicó el daño. Ella se ubicó en el lavaplatos y empezó a revisar el aparato.
José Orlando ingresó a la cocina, cerró la puerta y con una llave expansiva la empezó a golpear en la cabeza.
Ella gritó pidiendo ayuda, se desplomó y eso no le importó, pues estando en el piso le siguió pegando con la herramienta en la cara y la cabeza.
Suplicó por su vida
Además, le dio patadas. "Déjeme vivir por mis hijas", le suplicó. Sin embargo, no paró. Fueron en total 18 golpes.
El hombre empezó a moverla y sacudirla al ver que no reaccionaba. La joven se hizo la muerta, pero él no lo supo. Por eso salió del apartamento y escapó en su moto.
Mientras una vecina llamó a la Policía, pudieron auxiliar a la afectada, llevarla al hospital San Antonio y luego a una clínica de Manizales. El sujeto se fue para el barrio El Palmar, de la capital caldense, a la casa de una ex. Le pidió que le prestara ropa para cambiarse, pues estaba ensangrentado.
La confesión
El presunto agresor adujo que se había caído en la moto. Sin embargo, minutos después este domiciliario le contó a la mujer que había matado a su ex y que se quitaría la vida. Le indicó que esa no era la salida.
Luego arribó la Policía y repitió lo mismo. Pese a eso, ya no había flagrancia y no pudieron detenerlo.
La víctima sufrió lesiones en cráneo, maxilar, dientes y rostro, que le generaron incapacidad de 50 días. La Fiscalía tramitó la orden de captura contra el sujeto y lo detuvieron este domingo 22 de diciembre en Itagüí (Antioquia), cuando se disponía a abordar un bus.
En la audiencia de control de garantías, a la que acudió LA PATRIA, legalizaron su aprehensión, pero pese a que incluso confesó que la había matado, negó los cargos imputados por intento de homicidio agravado. No lo señalan de feminicidio, porque era la primera vez que la agredía.
El fiscal solicitó mandarlo a la cárcel por considerarlo un peligro para la sociedad y el juez accedió.
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