El proceso de extradición de Julián Eduardo Cifuentes, principal sospechoso del asesinato del sacerdote Darío Valencia, está próximo a concretarse, según confirmó el abogado Renato Marín, representante legal de la Diócesis de Pereira.

“Desde el año pasado se inició el trámite, aproximadamente en mayo, cuando esta persona fue capturada en Francia con fines de extradición por una circular enviada por la Fiscalía”, explicó Marín. 

“Actualmente el proceso ya culminó y solo falta que las autoridades francesas entreguen al ciudadano colombiano a las autoridades nacionales”, añadió.

De acuerdo con el jurista, el primer ministro de Francia ya firmó la autorización de extradición, y el procedimiento se encuentra en fase de coordinación logística entre Interpol y la Dijín para concretar el traslado.

“Se está organizando una comisión que viajará a Francia para recibirlo y traerlo a Bogotá. Allí será puesto a disposición de la Fiscalía Cuarta Especializada de Pereira, que solicitará un juez de control de garantías para legalizar la captura, formular imputación y definir medidas de aseguramiento”, precisó el abogado.

El director seccional de Fiscalías de Risaralda, César Bolaños, confirmó que Colombia ya cumplió con todos los trámites judiciales y diplomáticos:

“En este momento estamos en un tema de articulación entre el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia con el de Francia para poder traer a la persona”, señaló.

Según las autoridades, se espera que la extradición se materialice antes de finalizar noviembre, y que el proceso judicial en Colombia avance con celeridad una vez Cifuentes llegue al país.

El crimen que conmocionó a Pereira

El sacerdote Darío Valencia, párroco de la diócesis de Pereira y originario de Risaralda (Caldas), fue reportado como desaparecido el 25 de abril de 2024. 

Ese día, el religioso desayunó con su madre y luego salió a encontrarse con un hombre interesado en comprarle su vehículo.

Al no regresar ni asistir a sus compromisos pastorales, la comunidad alertó a las autoridades. Cuatro días después, su camioneta fue hallada en un parqueadero de Viterbo (Caldas), con rastros de sangre y un disparo en el tablero.

El caso generó profunda conmoción en la comunidad católica de Pereira y el Eje Cafetero, que ha pedido justicia por el crimen del sacerdote, recordado por su servicio pastoral y cercanía con los fieles.

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