Diego Fernando López Restrepo aceptó que mató a Blanca Amanda Restrepo Mena.

Foto | Cortesía | LA PATRIA

Diego Fernando López Restrepo aceptó que mató a Blanca Amanda Restrepo Mena.

Diego Fernando López Restrepo aceptó su responsabilidad en el homicidio de su madre, Blanca Amanda Restrepo Mena, de 67 años, ocurrido hace cerca de un año en el barrio Popular.

Tras el proceso judicial, el Juzgado Promiscuo del Circuito de Apía lo condenó a 20 años de prisión. La contundencia de las pruebas recopiladas permitió esclarecer el crimen y llevó a López Restrepo a declararse culpable antes del juicio oral, tras llegar a un preacuerdo con la Fiscalía 23 Seccional de Apía.

El homicidio ocurrió el jueves 1 de febrero del 2024, a las 7:20 p. m., en la calle 7A con carrera 2. La policía acudió al lugar tras recibir una llamada de alerta sobre una riña. Al llegar, encontraron a López Restrepo con las manos ensangrentadas, quien confesó haber asesinado a una persona dentro de la vivienda.

Al ingresar, los uniformados hallaron el cuerpo de Blanca Amanda Restrepo Mena en el piso de la cocina, descalza y rodeada de sangre.

 

La mató y llamó a un amigo

Luego de cometer el crimen, Diego Fernando López Restrepo llamó a su amigo y le pidió que fuera a su casa de inmediato.

El testigo relató que llegó a la vivienda de su amigo a las 7:17 p.m., abrió la reja y notó rastros de sangre en la entrada. Golpeó fuertemente la puerta y, al mirar a través del cristal, vio que Diego Fernando se acercó y le pidió que estuviera calmado. Cuando abrió, lo vio completamente ensangrentado y le pidió que entrara.

Tras preguntarle qué había ocurrido, el acusado le dio dos golpes en el pecho y le advirtió que debía ser fuerte para lo que estaba a punto de ver. Miró hacia la cocina y vio a Blanca Amanda tendida en el suelo con sangre a su alrededor.

En un primer momento pensó que estaba herida, pero fue entonces cuando Diego Fernando le confesó: "está muerta".

El testigo decidió grabar la conversación con su celular mientras intentaba mantener la calma. Minutos después, el padre del acusado, ingresó a la vivienda y se encontró con la escena escalofriante.

Una familiar contó que el médico le dijo que no tomara bebidas alcohólicas porque era una bomba para él. Él era una persona medicada y depresiva. Llevaba cuatro años en tratamiento, era agresivo y causaba daños en la vivienda.

 

*Con información del Informador de Occidente

 


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