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Se empiezan a cumplir las proyecciones que han venido haciendo economistas desde el año pasado, más como advertencias por transitar caminos de decrecimiento que tienen estancada la economía nacional. Las mediciones correspondientes al primer trimestre de este 2024 lo confirman. Que la economía haya crecido solo 0,7% anual en este periodo, comparado con el 2023, lleva a acumular cuatro trimestres seguidos con cifras muy cercanas al peligroso 0 y que revelan que la economía lleva casi un año y medio sin crecer.

Solo a principios de año mostró un leve impulso, que no ayudó para nada porque las estrategias del Gobierno nacional están siendo disonantes con lo que realmente está requiriendo el país para salir del estancamiento, reducir la inflación y mejorar su economía. Siempre se ha dicho que la clave está en darles la mano a los sectores productivos, que han sido, son y serán (si la economía lo permite) los mayores generadores de empleo y riqueza en Colombia. No puede ser el Estado, como viene ocurriendo, porque su función es ejecutar los recursos públicos, que es lo que tanto se le viene pidiendo al Gobierno Petro, pero la inversión en la mayoría de ministerios es baja.

Está probado que el Estado es incapaz de mantener el empleo que maneja el sector productivo y hacer lo de la industria, la construcción, la minería, los hidrocarburos, el comercio, el turismo, los servicios; entre otros sectores que han resultado golpeados con toda esta dinámica negativa. Además, significa exponer al Estado a que haga un exagerado gasto de lo público en burocracia, que resulta también muy peligroso en estos tiempos de austeridad si se suma que vivimos los efectos de crisis económicas mundiales que vienen desde la pandemia y que inexorablemente tocan a Colombia.

Estar en medio de la denominada estanflación, que ocurre cuando se juntan procesos de estancamiento económico caracterizados por alta inflación, tasas de crecimiento del PIB negativas y aumento del desempleo, demuestra que no vamos por un camino seguro. De no reactivarse pronto la inversión privada estaremos teniendo muchos problemas para generar el empleo que se requiere y para darle dinamismo a los sectores que alimentan el Estado, al ser además grandes contribuyentes. Esa animadversión del Gobierno con los sectores minero y de hidrocarburos, manufacturero y de la construcción no le ha servido para nada al país; al contrario, lo sigue afectando y estos resultados lo demuestran.

Hay que volver a mencionar un factor en el que coinciden expertos, como lo hemos dicho en anteriores oportunidades, la incertidumbre política generada por el Gobierno nacional ha hecho mucho daño al crecimiento económico. Los escándalos protagonizados por funcionarios de cargos altos y medios en el Gobierno, incluso hasta la propia campaña del presidente Petro, han impedido que haya confianza inversionista y que empiecen a fluir los capitales. Hasta el ciudadano del común siente miedo de gastar o de hacer colocaciones en pequeños negocios. Las soluciones a todos estos problemas recaen en el Gobierno, que urgentemente debe empezar a desarrollar el plan de reactivación económica, de lo contrario seguiremos decreciendo y habrá más consecuencias nefastas.