En el año 1984 el realizador cinematográfico Gene Winder dirigió la película de comedia con el título "La chica de rojo" contando el amorío de un hombre casado que se encuentra con esta chica que le enamora y le lleva a la infidelidad y a multitud de problemas con esta modelo que le envolvió en sus caprichos. Entre las protagonistas estaba Gilda Radner.
La película forma parte de otras con similar tema como "Atracción fatal", que presenta un caso similar en medio de gran suspenso y luchas con una parecida dama con alta enfermedad de celos y problemas de psiquiatría. Son dramas de la vida real que al ser representados pueden ayudar al discernimiento antes de tomar un paso de infidelidad o devaneo inútil y oscuro.
En días pasados me encontré con una chica de rojo que me trajo a la memoria la película contada, pero en medio de una narrativa iluminadora, ascendente y de marco bello y feliz. La chica de rojo entró al templo parroquial de su barrio con paso elegante, que añadía belleza a su llamativo vestido; era un vestido largo, sin canutillos reales ni aplausos alrededor, llevaba en su mano una guitarra que portaba como una musa de clásica música. La observé sin saber lo que enseguida acontecería.
Se dirigió hasta la parte junto al altar, alistaron micrófono y sonido, ella tomó elegantemente asiento y al sonido de una campana empezó un hermoso canto inicial: aquella chica de rojo era cantante de misa, jilguero de Dios, animadora en la comunidad para llamar a fiesta de fe. Parecía un petirrojo cantando sus mejores notas; cantaba y encantaba. Creo que el Señor debe recibir este obsequio de arte envuelto en elegancia y belleza con la humilde emoción con la cual recibió la unción de aquella mujer que derramó perfume a sus pies en adoración y amor.
Luego supe que siempre va elegante y airosa cuando va al templo, porque dice ella que a la cita con el Rey de Reyes, Amor de los Amores, Salvador de todos y maestro de Amor, todos deberíamos asistir con actitudes y signos que resalten el momento sagrado e inmenso.
Esta chica de rojo me enseña que quien no adora, es un errante, un vago por el camino porque aún no ha encontrado al Salvador. Esta chica pone sello para decir que la Liturgia es canto, oración, alabanza, unión de cada individualidad con la colectividad en comunidad festiva. Esta chica de rojo organiza fiesta de verdad.