Es aceptado que nuestros fundadores aguerridos y visionarios eran ajenos a ser toscos y grotescos; trajeron hacha, azadón, tiple y canción que en la noche sellaba plegaria familiar. Su historial inicial da cuenta de desfiles, celebraciones y cultura; además que pronto en algunas casas ya había piano.
Se quiso tener un teatro a la altura de grandes capitales junto a la alta y esbelta Catedral. El 8 de mayo de 1930 se inauguró el hermoso teatro Olimpia que fue escenario de cultura; aún hay interrogantes sobre el por qué se destruyó el 24 de abril de 1978. Bien lo comenta el maestro Albeiro Valencia.
Pero ya algunas fuerzas cívicas habían construido un teatro con escenario giratorio, sonido moderno y 1.300 butacas que impulsó aún más el ambiente cultural de la ciudad. El 22 de octubre de 1965 (hace sesenta años) se inauguró con solemnidad.
Por allí han pasado grupos de altura teatral y musical mundial como el Ballet Folclórico de México, que en las iniciales ferias anuales de Manizales era acto central; conciertos y ballet sobre hielo y sobre todo el festival anual de teatro. Desde 1968 se usó el escenario para la entrega de obras magníficas. Por allí pasaron genios de la literatura como Pablo Neruda y Miguel Ángel Asturias.
Este teatro sirvió de impulso a la inquietud artística juvenil. Siendo director el maestro Diego María Arias se realizó durante varios años el Festival de la Canción, mensaje cristiano que llevó al descubrimiento de valores del arte y la música gracias a los colegios y grupos participantes e hizo real lo expresado por San Agustín: "Esta es la única vida verdadera, la única feliz: contemplar eternamente la belleza del Señor".
No quiero omitir que un 22 de octubre, el de 1973, murió don Pablo Casals, genio musical en la interpretación del violonchelo. Se dice que nadie como él ha logrado tan alto grado de perfección en la interpretación musical de este elegante instrumentó. "Él es mi amigo inseparable, el compañero de mi vida musical". Nos enseñó a amar los medios de nuestra expresión; igual podríamos decir de la voz, las manos, el corazón, el hogar, la fe.
Recuerdos que invitan a seguir en la cultura creativa y armónica que lleva algún autor a decir: "Si dejas los pedazos de tu alma enamorada en el sendero, qué dulces, mensajero, qué hermosos, qué divinos tus pasos".