Casi no hay día que resalte una actividad corrupta, ajena por lo tanto a toda rectitud en personas de significación social sin contar, claro, la cantidad de acciones corruptas que se quedan en el silencio de empresas, hogares actividades de tipo personal.
Anhelamos el día en el cual la corrupción no vuelva a tocar la actividad de entidades políticas, económicas, de todo tipo social o personal. Por ello me atrevo a resaltar la vida de un personaje de talla mundial y gran impacto, que murió en un accidente de aviación el 18 de septiembre de 1961 a la edad de 56 años noble e inteligentemente vividos.
Nacido en Suecia, el señor Dag Hammarskjold hizo sus estudios ordinarios en Suecia, los estudios superiores en la Universidad de Estocolmo y Upsala; con licenciatura de Filosofia y Derecho. Comenzó su carrera como político independiente y fue primero secretario del Banco Central Sueco y presidente del Consejo General del Riksbank.
Luego fue secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas de Suecia, delegado sueco en la Organización para la Cooperación Económica Europea, secretario de gabinete del Ministerio de Asuntos exteriores y ministro sin cartera en el Gobierno de Tage Erlander.
Ayudó a coordinar los planes del Gobierno posterior a la Segunda Guerra Mundial, delegado en el Plan Marshall. Momento cumbre de su vida fue el nombramiento el 7 de abril de 1953 como secretario general de las Naciones Unidas (ONU); en 1957 fue reelegido en forma unánime.
En todo esto y en sus recorridos como secretario de la ONU fue reconocido como gran pacifista: dio equilibrio en los conflictos de Katanga, Zaire y Congo belga. Recibió el premio Nobel de la Paz en 1961. Fue calificado como “un apóstol de la mediación, uno de los grandes místicos con sello religioso de vocación universal que ha tenido el cristianismo, faro y leyenda para quienes buscan la Paz”.
¿Por qué resaltar esta valiosa vida en el siglo 21?: porque viendo su inmensa trayectoria, la cantidad de servicios que prestó a su patria y al mundo, la influencia viva en la marcha de la historia, jamás se asomó en el menor acto corrupto, nadie pudo señalarle engaños, fraudes, mentiras, mal trato , palabras hirientes, soberbia personal, vida doble, lo cual le hace hombre de rectitud y cero corrupción.
Cómo anhelamos hoy a todo nivel personas que como DAG den su vida en servicio límpido a la humanidad.