La negación se ha convertido en la norma del Gobierno Departamental.

Ante las denuncias ciudadanas sobre la presencia de grupos armados ilegales en el occidente y oriente de Caldas, la respuesta oficial es que no existen y frente a las inconsistencias evidenciadas en el proyecto Aeropuerto del Café, la reacción es reafirmar su compromiso con la transparencia.

Es decir, según ellos, no pasa nada. Pero, según los habitantes de Riosucio, Supía, Marmato, Pensilvania, La Dorada y quienes siguen de cerca el proyecto Aeropuerto del Café, la realidad es muy distinta.

El pasado 4 de marzo, en la Asamblea de Caldas, se discutió si realmente hay presencia de grupos armados ilegales en el departamento.

La Defensoría del Pueblo, personeros municipales, concejos, instituciones y hasta diputados expusieron hechos que demuestran, sin lugar a duda, su presencia.

Basta con escuchar al defensor del Pueblo en Caldas, quien informó que en lo que va del 2025 se han activado rutas de protección para líderes en Samaná, La Dorada y Norcasia. También se han registrado presuntos casos de desplazamiento forzado en Chinchiná y de comunidades indígenas en Anserma.

¿Y aún se atreven a decir que no pasa nada?

A esto se suman las capturas, con orden judicial, de 14 integrantes del autodenominado "Los Muchachos del Eln del Páramo de Letras" o frente Bolchevique, responsables de extorsiones y amenazas contra ganaderos y finqueros de Caldas y Tolima.

Pero la negación del Ejecutivo también alcanza el proyecto Aeropuerto del Café.

Recordemos que el 15 de febrero el entonces gerente Fernando Merchán Ramos renunció denunciando falta de transparencia en el Patrimonio Autónomo.

Días después, el secretario de Transparencia de la Presidencia, Andrés Idárraga Franco, reveló que solicitó a la Contraloría y la Procuraduría ejercer vigilancia sobre el proceso de preselección para la construcción del lado aire de la etapa 1 del Aeropuerto.

Según Idárraga, lograron evidenciar que “los términos de referencia de la precalificación no contienen todos los requisitos que establece el manual de contratación, entre ellos criterios de calificación y ponderables”.

Además, también identificaron que existen “disposiciones facultativas de la Unidad de Gestión del Patrimonio, que les permiten adelantar reuniones y requerimientos a los proponentes de forma individual, sin que ello sea de conocimiento general”.

Como si fuera poco, el 7 de marzo renunció William Pérez, director técnico y gerente encargado del Patrimonio Autónomo de Aerocafé.

¿Y aún se atreven a decir que no pasa nada?

El ejecutivo actúa como el avestruz, escondiendo la cabeza y negando lo que es evidente ante los ojos de todos. Pero el problema no desaparece por ignorarlo. La ciudadanía ve, escucha y denuncia.

Y su deber, señores del Gobierno, es enfrentar la realidad con estrategia y verdad, no con silencios y evasivas.

Posdata: Que pueden esperar los niños de Caldas con un secretario de Educación que también le gusta la negación y no dice la verdad.

Luis Roberto Rivas