…y el orador neto y exclusivo que es. Como en el Génesis de la Biblia, confunde su voz con la voz de Dios, quien, con su solo supremo y mayestático verbo, consiguió el “hágase” del universo. El síndrome del orador, que confía en el poder del solo discurso, me recuerda aquella narrativa china antigua. Un tigre nocturno tenía azotadas las aves domésticas de los habitantes de la aldea; su alcalde, para solucionar el problema, configuró un gran letrero en mayúsculas, el cual, colocado a la entrada, decía así: AQUÍ LOS TIGRES NO SON BIENVENIDOS. La fiera llegó, se notificó, y mohína y cabizbaja dio media vuelta y jamás regresó.
…y el gran incendio de Londres de 1666. 200 mil londinenses quedaron sin hogar. Su alcalde, un Thomas Bludworth, dado al trasnocho y al alcohol, apareció tarde. Orador neto, subió a la tribuna, y con épico acento de combate, convocó: “Orinar, esto lo soluciona la vejiga de cualquier mujer”. Incompetente y calamitoso para la administración de esa problemática, lo denominaron “Bladder”, vejiga. En medio de las brumas de la resaca, sus medidas erróneas reactivaron el incendio. Así, Petro prometió que en un año firmaría la paz, pero sus medidas para la denominada total más incendian que apagan.
…y las profecías. Con gran desparpajo, Petro aseguró que en marzo del 2025 no tendría agua Bogotá. Le acontecerá como a los arúspices catastrofistas e irreflexivos que señalan fechas concretas. Nancy Lieder, Casandra famosa, aseguró que en mayo del 2003 el planeta Nibiru nos pasaría tan cercano que provocaría inmensas catástrofes. Al día siguiente ajustó sus cálculos para el 2012. Como a ese planeta en ese día también le dio pereza asistir o estaba retrasado, corrigió para septiembre 2017. Aún esperamos nuevas fechas. Lieder y Petro, al contrario de Nostradamus, el maestro de la profecía, incurrieron, repito, en la pequeña inadvertencia de ponerles plazos fijos a sus milenarias catástrofes. Pero lo que aquí en Colombia sorprende, es lo tan devaluada de la palabra presidencial: nadie se inmutó, nadie le creyó, nadie se preparó para evacuar ante esa advertencia, mortal a solo cuatro meses. Igual los fieles petristas, que aquí ni se “mosquearon”, así el anuncio haya provenido de su jefe, y desde el antes respetable y serio Palacio de Nariño.
…y los supuestos atentados, conspiraciones y golpes de Estado. Técnica antigua. Pisístrato (Atenas, 561 a. C.), como gobernante, él mismo se hirió, y mostrando la herida pidió que le autorizaran una guardia armada, protectora, con la cual se blindó como dictador. Después Maduro y Chávez se convirtieron en insignes de esa manipulación. Con ese infundio se convoca a los partidarios remisos y se solicita su apoyo ante una legitimidad declinante; se coloca a la oposición en un plano de ilegalidad, al borde de lo criminal; se trata de justificar la parálisis ejecutiva pretextando el acoso de unos fantasmas invocados; se distorsiona la agenda nacional y se busca que las izquierdas internacionales se alineen en su apoyo. Se gana con todo lo que supone victimizarse, y si, además, la muerte está en medio, se da lo que se ha llamado “el ennoblecimiento de la mentira”.
Samuel Johnson, en su “Vida de poetas”, sobre John Wilmont, conde de Rochester, aseguró que este se complacía en retirarse al campo para escribir libelos y exageraciones, que trataban de espantar pero que no correspondían a la realidad.