Julián Escobar Rincón* - www.drjulianescobar.com
Diciembre es un mes que se caracteriza por la alegría, la celebración y el encuentro familiar, pero también trae consigo riesgos que no deben subestimarse. Ese mes se incrementan de forma notable las quemaduras por pólvora, las intoxicaciones por alcohol, las riñas y los accidentes de tránsito en Colombia. Aunque las celebraciones son espacios de unión y alegría, también generan riesgos que pueden evitarse con medidas sencillas y responsables.
La pólvora sigue siendo la principal causa de lesiones graves en menores. Más del 40% de los lesionados son niños, pese a la clara prohibición de su manipulación. Las consecuencias son lamentablemente severas: quemaduras profundas, amputaciones de los dedos y daños oculares irreversibles hasta la ceguera. No existe un uso seguro de la pólvora artesanal. Su manejo debe quedar exclusivamente en manos de personal experto, dentro de espectáculos autorizados.
Disfrutemos los juegos pirotécnicos únicamente como espectadores. Los adultos deben impedir que los menores accedan a cualquier tipo de artefacto pirotécnico. Recordemos que el ejemplo que damos a nuestros hijos influye directamente en su conducta y en sus decisiones futuras.
El consumo excesivo de alcohol representa otro riesgo crítico. Más del 60% de los accidentes de tránsito mortales en esta época están relacionados con la ingesta de bebidas alcohólicas. A esto se suman intoxicaciones por licores adulterados y episodios de violencia. Si se consume alcohol, debe existir un conductor completamente sobrio o, en su defecto, se debe optar por transporte autorizado.
También es indispensable verificar el origen del licor y descartar cualquier bebida de dudosa procedencia. Tampoco es recomendable mezclar diferentes bebidas alcohólicas ni mucho menos participar en retos de ingesta desmedida de alcohol, prácticas que aumentan significativamente el riesgo de intoxicación y accidentes.
Las alteraciones en la alimentación y en el descanso son igualmente frecuentes. El exceso de comidas grasosas o abundantes, junto con trasnochadas prolongadas, favorece crisis hipertensivas, intoxicaciones alimentarias y descompensaciones metabólicas. Moderar las porciones, mantener una adecuada hidratación y respetar los horarios de sueño reduce estos riesgos de manera efectiva.
El bienestar mental tampoco debe subestimarse. El estrés emocional, las tensiones familiares y la presión social pueden intensificarse en estas fechas. Buscar apoyo oportuno, evitar confrontaciones y no discutir bajo los efectos del alcohol son medidas claves para preservar la salud emocional.
El cuidado durante las fiestas depende de decisiones responsables. Celebrar con prudencia permite disfrutar sin consecuencias, hay que comenzar el nuevo año en condiciones óptimas, protegiendo la propia salud y la de quienes nos rodean.
Feliz diciembre. Que disfruten junto a los suyos y que esta época llene sus corazones de alegría y bienestar. ¡Que la salud los acompañe siempre!
* Cirujano de mano y miembro superior, ortopedista y traumatólogo.
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