Una fórmula propone superar la pobreza con “trabajo y educación”, elementos que muchos pueden aportar para que personas conocidas alcancen un mejor nivel de vida y así construir una sociedad más justa y próspera. En cambio, los antivalores utilizan la ignorancia y la pobreza de las comunidades para ponerlas al servicio de sus causas. Los sistemas de vida impuestos por la corrupción, la codicia y el facilismo solo han aportado inseguridad y baja calidad de vida, pero es posible que regresen formas de actuar y de pensar acordes con la sana convivencia y la solidaridad, para alimentar ideales nobles; y no dejar de soñar con un mundo mejor, distinto del que ahora atiborra a los medios de malas noticias.
Cunden ejemplos de instituciones que demuestran con programas filantrópicos, paralelos a sus objetivos fundamentales, que el bienestar colectivo es posible, si se aplican métodos sabios y generosos, ajenos a objetivos mezquinos.
El Comité de Cafeteros de Caldas acogió y puso en práctica desde hace 42 años el programa Escuela Nueva, Programas Pedagógicos Productivos (PPP), diseñado por maestros en Pamplona, Santander del Norte, y acogido por el Ministerio de Educación Nacional como estrategia para la educación básica en zonas rurales y marginales de Colombia. El modelo fue adoptado por el Comité Departamental de Cafeteros, en alianza con la Secretaría de Educación de Caldas, para implementarlo en las más de 1.000 escuelas rurales que existían. Los resultados son relevantes y se han extendido a otras regiones del país, aprovechando la experiencia de maestros que han producido material didáctico, dictado clases, asesorado iniciativas y calificado los resultados.
El objetivo principal de los PPP es evitar el éxodo de los jóvenes desde el campo hacia los espacios urbanos, arrebatarlos a organizaciones criminales que pretenden reclutarlos, optimizar y tecnificar la producción agrícola, a través de la capacitación de los mayores por sus propios hijos; crear nuevos elementos empresariales con los recursos del entorno rural y elevar el nivel de vida de las familias campesinas, evitando su desarraigo del campo.
La labor de los docentes de Escuela Nueva comienza con inculcarles a los jóvenes la idea del programa PPP, invitarlos a participar activamente con iniciativas de productividad, estudiar sus propuestas, asistirlos en su implementación, suministrarles tecnología y acompañarlos en la consecución de recursos financieros y canales comerciales.
Los resultados de Escuela Nueva y la experiencia de directivos y docentes, además, ha aplicado en países vecinos, cuyas autoridades educativas han solicitado su implementación. De esa manera, el Comité de Cafeteros de Caldas, sin alharaca, cumple la tarea de suministrarles a niños y jóvenes campesinos educación, además de capacitarlos para la productividad. Así se hace patria.
Fuentes: Informe del Comité de Cafeteros de Caldas 2024. Vivencias del columnista como corrector de textos didácticos.