Los problemas de salud física y mental son afrontados por las personas, su núcleo familiar y la sociedad a la que pertenecen. En salud, una dificultad individual puede llegar a comprometer, por extensión del problema, a diferentes miembros de la comunidad. Ejemplo sencillo, las enfermedades transmisibles.
Cada vez más se detectan lesiones no infecciosas que pueden depender de que otras personas deriven sus enfermedades.
Entre ellas, como ejemplos parciales, pueden mencionarse determinados problemas genéticos; el cáncer cuando su causa está vinculada a procesos compartidos; a ignorancia de la etiología; a ausencia del cumplimiento de medidas obligatorias como las derivadas del trabajo y la no observancia de medidas generales de protección sanitaria.
Hoy el país se encuentra en una encrucijada, difundida a cuatro vientos, que demuestra la no operación completa del Sistema de Salud, comenzando con el indispensable factor económico, que se opone al mandato: Salud para todos respaldado en Colombia por la Constitución, con la ausencia inaceptable del Estado, como sería su obligación.
Tres hechos particulares sectoriales demuestran una inmensa deficiencia, principalmente en la calidad de la atención ofrecida, la oportunidad y la parcialidad en el abordaje de la enfermedad o de la prevención. De allí se pasa a la generalización sin un análisis conciso y técnico, provocando el desamparo, explotado en muchos casos políticamente.
Se ha dicho que quien posea la información tiene el poder de las decisiones, acertadas o equivocadas, y por ende de las soluciones, buenas o malas, que dependerán de los anteriores eventos.
La información general dependiente de sucesos en salud ha sido desde siempre un problema en Colombia, que se ha solucionado, en parte, en muchos territorios del país. En las últimas tres décadas ha mejorado, pero todavía hay huecos enormes que impiden dimensionar todo el problema en conjunto o en áreas particulares.
Un avance importante lo ha conseguido el Instituto Nacional de Salud y otros, ofreciendo una buena información periódica sanitaria, dependiendo de sus misiones.
El 16 de noviembre, El Tiempo (Edwin Caicedo), tituló una información: Colombia entre los países con más muertes evitables y menor satisfacción en salud. Según el autor, las cifras actualizadas provienen del estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, consignado en el informe: Panorama de la Salud 2025.
No es el espacio para reproducir todos los datos interesantes, que identifican la situación sanitaria colombiana comparada con 40 países. Lo más trascendente es la identificación de la existencia de procesos evitables. Una premisa que induce a acciones específicas poblacionales, con el fin de prevenir enfermedades, dar atención oportuna y asegurar la calidad de las medidas empleadas. Cero debe ser el número de enfermedades y muertes prevenibles.
Preocupa el número de médicos, 2.5 y enfermeras 1.6 por cada 1.000 habitantes. Sin embargo, al confrontar los datos llama la atención que el país no presentó cifras en 7 de 10 indicadores. Un hecho que merece dilucidar la causa que puede oscilar entre negligencia a extemporaneidad, considerando que cualquiera produce vergüenza.