Si hay odio o amargura en tu alma, no es extraño que la enfermedad se instale en tu cuerpo.
Por eso aprende de las nubes que se descargan y envían la lluvia sobre la madre tierra.
Suelta el odio y la culpa, la angustia y los afanes, antes de que te roben la salud, la paz y la alegría.
Perdónate con tierna compasión y mira a los demás con los ojos del amor y la bondad.
Sé agradecido porque el sol no sale o se va bien temprano para el inconforme y el quejoso.
Aprende de los que sonríen desde una silla de ruedas, o cantan mientras reciclan la basura.
Cuenta tus bendiciones, vive en sintonía con Dios, y la ansiedad y el miedo se irán de tu vida.
Deja todo lo que te pesa, y sé libre como el ave que deja su viejo plumaje y se renueva sin cesar.
@gonzalogallog