Me amas, amado Dios. El agua es la única sustancia presente en tres formas: líquida, sólida y gaseosa.
Tres cuerpos que adquiere como líquido, hielo o vapor. Un buen espejo de lo que pasa en mi muerte.
Soy un espíritu que un día se reviste de materia, pero hay más cuerpos además del físico.
La muerte no es aniquilación, es un paso entre vidas, un cambio de lo material a lo espiritual.
Un paso en el que mi esencia espiritual permanece, así como el agua sigue siendo agua si se evapora.
Al morir sigo viviendo y regreso al mundo de Dios del que había venido. Morir es volver a casa.
¿Y qué hago allá? Vivir, o sea, amar, creer, crear, relacionarme y seguir evolucionando.
No le temo a morir ni al más allá, sino a vivir mal en el más acá.
Te amo, Dios.
@gonzalogallog