Un sabio sufí se encontraba en La Meca, y pudo ver en sueños a dos ángeles bajados del cielo.
Entre ellos se preguntaban cuántos peregrinos habrían peregrinado ese año al lugar sagrado.
- En mis cuentas un millón setecientos mil, dijo uno de ellos.
- Y, ¿cuántos cuya peregrinación haya sido aceptada?
- Muy pocos, pero en Damasco vive un zapatero llamado Ali ben Mufiq, que no ha efectuado la peregrinación en persona.
Pues bien, sus buenas obras han sido más valoradas que peregrinar a La Meca como lo han hecho tantos.
El sabio sufí, una vez despierto, decidió ir a Damasco y visitar a aquel hombre. Finalmente lo encontró y le contó su sueño.
Era un anciano que oyó y se echó a llorar. Contó que, años atrás, había ido juntando con grandes penalidades cincuenta monedas de oro.
Ya podía entonces ir a La Meca, pero había descubierto que varios de sus vecinos tenían hambre.
“Entonces les entregué la suma ahorrada diciéndoles: Tomad este dinero para atender a vuestros gastos, esa será mi peregrinación”.
@gonzalogallog