La Iglesia Católica es una institución aferrada a lo tradicional y cerrada a los cambios.

Por eso cada día pierde fieles, y se engaña hablando de 1.400 millones de católicos.

El Vaticano tiene una lista de 1.400 millones de bautizados, y más de la mitad ya no son católicos.

Su apego a lo viejo se ve en la tradición del humo que sale de la Sixtina desde el siglo XV.

Es negro si no se han puesto de acuerdo y blanco si ya se ha elegido el nuevo papa.

Se ha sugerido innovar con luces de colores, alertas digitales o votaciones televisadas.

Pero el Vaticano se aferra a no innovar en un mundo mutante. La palabra cambio es pecaminosa.

 

@gonzalogallog