En 12 años el buen Papa Francisco impulsó buenos cambios, y actuó con bondad, carisma y humildad.
Por agitar el statu quo eclesial y ser incluyente, se ganó una gran cantidad de enemigos.
Desplazó a los conservadores y renovó la burocracia en oficinas del Vaticano. Incluyó a mujeres.
Tuvo firmeza ante los abusos sexuales de obispos y sacerdotes. Una plaga horrible.
Fue un reformador de algunas cosas, pero no de las que más necesita la Iglesia, como estas:
Eliminar el celibato y misas rutinarias y poco participativas, aceptar a la mujer como sacerdote.
Acabar con un clericalismo odioso y promover a fondo una iglesia desligada del poder y los lujos.
Fue un buen pontífice que, con razón, eligió el nombre de Francisco. Un santo humilde y pobre.
@gonzalogallog