Un ritual puede ser un acto sagrado que te conecta  más con Dios y con los ángeles.

Tiene una ventaja sobre el rezo, y es que es dinámico y no estás repitiendo algo. 

Cierra los ojos y te relajas, sentado o acostado. Luego descansa una mano encima de la cabeza.

La otra sobre tu plexo solar: entre el pecho y el vientre. Visualiza una luz dorada.

Sale de tus manos y armoniza todo tu ser, cuerpo, mente y emociones Mientras lo haces, ora así: 

Amigo Dios, tu amorosa energía me sana, me armoniza, me llena de amor y paz. 

Dios mío, creo en ti y creo en mí. Eres mi fuente de alegría y estás conmigo cada día.

Mi corazón es tu morada. Me amas y te amo. Eres mi amor, mi luz y mi paz. Gracias. 

@gonzalogallog