En el amor verdadero no hay sitio para apegos dependientes. Nadie debe ser la razón de tu vida. Nunca digas: “tú eres todo para mí”.
Donde el auténtico amor florece no te aferras a otra persona como una sanguijuela porque sabes que el amor libera y no es posesivo.
Los apegos crecen en la tierra árida de un amor propio muy precario y de un amor a Dios de palabras, y no de una conexión constante.
Cuando necesitas de alguien o ese ser te necesita no hables de amor. Lo que vives es una relación infantil como la de un bebé con su nana.
Elige ser capaz de ser feliz solo, la soledad no te pesa y puede decirle al otro: “Te amo, pero no te necesito. Te amo, pero soy feliz sin ti”.
Trabaja en ti para poder disfrutar un amor libre, o el sufrimiento te acompañará y tus relaciones serán con ataduras que coartan.
Mira como desinstalas del computador de tu cerebro una App muy dañina que te aleja la felicidad ansiada. Esa App se llama Apppego.
Afirma muchas veces: “Amo con libertad. Todo es prestado y nada es permanente. El amor y los apegos no pueden estar juntos. Todo es prestado”.
@gonzalogallog