Había una vez una cebrita que, debido a una falla genética, nació con círculos negros.

Kofi tenía muchas cebras y odiaba a su hijo Omari, que tenía otra orientación sexual.

La pequeña cebra fue rechazada por la manada, y Omari se enamoró de ella y la adoptó como mascota.

Tenía solo 13 años y en su familia era hijo único, y sus padres no lo aceptaban.

Tuvo que irse de la casa con su mascota y, un día, sintió algo en su corazón: “Tu mascota es tu salvación, busca salidas”.

Como pudo llegó a una ciudad en la que estaba de paso un famoso circo.

Él y su rara mascota fueron acogidos y su exhibición, con unos payasos, era muy aplaudida.

En el show se contaba lo sucedido y eso despertó conciencias dormidas para aceptar a todos.

 

@gonzalogallog