Una de las mayores necesidades de un niño es lo que en psicología se llama “un núcleo afectivo positivo”.
Un ambiente de amor y comprensión que posibilita relaciones armónicas y llenas de empatía.
Los niños de parejas unidas y afectuosas resuelven mejor sus conflictos, incluso años más tarde.
Cuando los padres no se aman, los niños tienden a ser hostiles, irritantes y egoístas.
En lugar de solucionar todos sus problemas, ayúdales a manejarlos con inteligencia emocional.
Todos los que tienen que ver en la crianza de un niño se convierten en modelos positivos o negativos.
Si ellos manejan bien sus emociones perturbadoras, el niño también aprende a hacerlo.
Ten muy claro que un niño aprende más de lo que ve, recibe y siente, que de lo que oye.

@gonzalogallog