Un buen educador dijo a sus discípulos que escucharan bien lo qué decían las personas sobre sus posesiones.
Al mes les preguntó cuál era la expresión más usada y todos coincidieron en la siguiente: “Esto es mío”.
Entonces el sabio guía les dijo: Existen cuatro tipos de personas:
El justo que afirma: “Lo mío es mío; lo tuyo es tuyo”. El enamorado que exclama: “Lo que es mío es tuyo y lo tuyo es mío”.
El egoísta que piensa: “Lo tuyo es mío y lo mío es mío”. El santo o el sabio que piensa: “Nada es de uno, todo es prestado y es para el servicio de todos”.  
Ahora bien, ¿cómo alcanzar el sereno desapego de los santos y los sabios y andar ligeros de equipaje?
Con una espiritualidad viva, muy unidos a Dios, y bien conscientes de que somos simples administradores de los bienes del Universo.
Nada es de uno, todo es prestado y, cuando descubres la alegría de compartir y pasa a un quinto plano el atesorar.
@gonzalogallog