Con un buen cuidado las heridas del cuerpo sanan, ¿Por qué, entonces no cicatrizan las del alma?
Hace años te traicionaron o te lastimaron y hoy sigues de juez o víctima y te castigas sin piedad.
El juez que llevas dentro de ti te impide perdonarte o perdonar y tu pasado es un amargo presente.
El traidor y el ofensor son los que deberían estar mal, pero eres tú quien se pierde la vida.
¿Aceptas que es una elección tuya? Elige soltar ese peso, romper las cadenas y recuperar la libertad.
Elige no consumirte en el odio y mira todo con los ojos del amor. Sé compasivo y sana las heridas.
No es fácil, pero renaces si te consagras hasta lograrlo, consciente del daño que te haces.
Busca ayuda y elige vivir. El sol nunca brilla para aquel que está en el fondo abisal del rencor.
@gonzalogallog