Un suicida puede llegar por un túnel a La luz, a Dios, y descansar, o estancarse en “el lugar transitorio”.

Equivale al purgatorio católico y va a un espacio frío por su poca fe o su desamor, no por decisión divina.

Allí tiene la opción de reconocer su error, optar por Dios y por el amor y unirse con La luz.

Puede permanecer es ese estado desolado por años o décadas, hasta que tome consciencia y elija la claridad.

Su error consiste en romper un pacto que hizo con Dios antes de venir a cumplir su misión de vida.

Allá uno puede elegir pruebas tenaces, y acá las evade porque cree que no hay salidas.

Sí las hay. Lo saben tantos que pensaron suicidarse o lo intentaron, y ahora están bien.

Hay videntes que han visto el “lugar transitorio”; es gris, lúgubre y es bueno que un potencial suicida lo sepa.

 

@gonzalogallog