Los profetas hablaban mucho de “volver a Dios”.
Sabían que el mal nos aparta de la luz.
No hay nada que te pueda apartar de Dios porque eres un rayo de su luz infinita.
Lo que sí haces con el mal es empañar un espejo y aislarte de la poderosa corriente de energía divina.
Dios siempre está contigo y ojalá lo creas, porque “el amor es la consciencia de Dios en ti”.
En un hermoso templo puedes sentir a Dios, pero el Padre siempre mora en el recinto de tu alma.
Por eso, aquellos que así lo sienten, ven a todos como hermanos, como templos del Dios vivo.
Nadie es malo en su esencia, aunque realice acciones oscuras; es un hijo de Dios y un día verá la luz.
Tu misión no es juzgarlo sino amarlo y verte en él, ya que sólo existe la unidad: Yo soy tú, y tú eres Yo.

@gonzalogallog