Una mujer cambia el pañal de su bebé sobre la banca de mármol del parque, otra se sienta sobre un bolardo a mandar un mensaje desde su celular. Un joven levanta pesas en una de las bancas públicas y una mujer mayor descansa sentada en el muro. Un hombre duerme recostado en una escultura de bronce, otro se apoya en un poste para ubicarse dónde es que está. Un grupo de mujeres se toma el callejón y se sientan a bordar y una pareja ensaya sus pasos de baile sobre la explanada de la plaza. 
Son imágenes separadas, pero todas ellas podrían estar juntas en la misma escena de cualquier ciudad. Salen de “[Otras] maneras de ocupar el espacio público”, un proyecto de la arquitecta mexicana Ximena Ocampo y el equipo de Dérive Lab. Desde 2020 construyó un catálogo que muestra usos y objetos con los que la gente ocupa el espacio público (Ver acá: https://shorturl.at/xc7jM). Su objetivo es “rescatar y reivindicar, de manera crítica, las formas y las acciones cotidianas que dan vida a nuestras ciudades y configuran la esfera de lo público”.
Por estos días, el Concejo de Manizales discute si le entrega poderes al alcalde Jorge Eduardo Rojas para que defina el cobro por el aprovechamiento económico del espacio público. Otra vez, luego de un intento en 2018, esta manera de ocuparlo vuelve a ser atractiva para el gobierno, puede que más por el afán de capturar nuevas rentas que por tomar decisiones de fondo.
No se puede olvidar que esta discusión vuelve a surgir cuando Manizales mantiene un déficit serio. En 2021, según la Secretaría de Planeación, apenas se contaba con 7,1 metros cuadrados de espacio público efectivo por habitante. La meta del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) es de 15 metros cuadrados por persona, lo cual está en sintonía con metas internacionales.
En esa medición, la comuna San José no llega ni al metro cuadrado por persona y La Macarena apenas si pasa del metro. Comunas como Tesorito, Cerro de Oro y Atardeceres mejoran su medición, pues allí se cuentan lugares apartados para otra gran parte de la población, como el Bosque Popular y algunos Ecoparques. 
Hago énfasis en lo de “apartados”, pensando en que agencias internacionales, en un enfoque de salud pública —tan pertinente para nuestra situación de salud mental—, recomiendan que cada persona tenga al menos dos hectáreas de espacio público a 300 metros (dice la Natural England: https://shorturl.at/cc2Yd) o a quince minutos a pie (dice la European Environment Agency: https://shorturl.at/DLM2r).
Anotación: Ahora, el otro déficit serio en Manizales es el de los datos, porque ni esta medición ni ninguna similar sobre espacio público se volvieron a hacer en la ciudad luego de 2021. Ni siquiera el Plan de Desarrollo, recién aprobado, dejó algún indicador de resultado que permita medir avances en la materia.
Se rescata que esta Alcaldía quiera tomar decisiones prontas, al menos en la manera comercial de ocupar el espacio público, que es cierto que en algunos casos no está cumpliendo normas y afecta a los otros usos. Diferente al gobierno anterior de Carlos Mario Marín, que eludió hasta el final su responsabilidad en este sentido (sobre el tema: https://shorturl.at/cVQic). El riesgo es que se pueden repetir los errores del gobierno de Octavio Cardona en 2018, cuando intentó aprobar el recordado Proyecto de Acuerdo 111.
De un lado, de nuevo se discute este tema sin una mirada general de la planeación, que cuide el equilibrio con otras formas no comerciales y cotidianas de ocupar el espacio. En palabras concretas, sin Plan Maestro de Espacio Público, con estrategias todavía etéreas en el POT, sin metas medibles en el Plan de Desarrollo, cómo sabemos si esto resulta mejor o peor para el espacio público en sus diferentes usos, no solo para las rentas del municipio.
Por otro lado, de nuevo se omite que puede haber más urgencia en regularizar que en cobrar, como es el caso de las terrazas comerciales. Se corre el riesgo de hacer creer que solo pagando por el aprovechamiento se pueden legalizar las irregularidades que afectan otros usos.
En 2018, al momento del Proyecto 111, en esta misma columna advertimos que era mejor pensar el ‘Espacio despacio’ (Leer: https://shorturl.at/EVy1N). Nos preocupaba, como ahora, que el aprovechamiento económico dejara todavía menos lugar para las otras maneras de ocupar el espacio público.