La rutina diaria puede volverse tan abrumadora que, sin darnos cuenta, relegamos nuestra salud mental a un segundo plano. Sin embargo, implementar cambios pequeños pero significativos -micropasos- puede transformar cómo nos sentimos y ayudarnos a vivir de manera más plena. Aquí tienes una serie de prácticas simples y efectivas que puedes integrar en tu vida cotidiana para cuidar tu bienestar mental aun en época de festividades.

  1. Alimentación consciente y actividad física: una combinación poderosa. Lo que consumimos no solo afecta nuestro cuerpo, sino también nuestra mente. Optar por una dieta equilibrada, rica en frutas, vegetales, té, frutos rojos y chocolate oscuro (fuentes naturales de polifenoles) puede favorecer la salud cerebral y reducir los síntomas de ansiedad y depresión. Pero la nutrición no es la única clave: el movimiento también importa. El ejercicio regular, aunque sea tan simple como caminar durante 15 minutos al día, estimula la producción de endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad”. No hace falta ser un atleta; basta con incluir pequeñas dosis de actividad física en tu rutina para notar los beneficios, camina desde el cable hasta el centro, sube a disfrutar de la mañana en el bello Cerro de Oro o recorre el Bosque Popular, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
  2. Conexión con la naturaleza: una terapia accesible. Pasar tiempo al aire libre es un remedio sencillo pero eficaz para mejorar tu salud mental. Salir a caminar, sentir el sol en tu piel o simplemente escuchar los sonidos de la naturaleza puede reducir el estrés y revitalizar tu mente. Estudios científicos confirman que el contacto con entornos naturales tiene efectos positivos en el estado de ánimo y la claridad mental. ¿Te sientes abrumado? Un micropaso tan simple como un paseo corto en un parque cercano puede marcar la diferencia, no te pierdas de un hermoso atardecer en Chipre o un recorrido por el Recinto del pensamiento.
  3. Socializa. Vivimos en la ciudad de las personas amables y como decimos nosotros “queridas”, sonríele a un desconocido, saluda con alegría y únete a un grupo de personas con intereses afines y veras como la ansiedad y el estrés se diluyen. Cuando compartimos con otras personas nuestro cerebro se siente seguro por el efecto de la manada, por saber que hay una red de apoyo para los días difíciles y que tiene alguien con quien contar.

Incorporar estas prácticas en tu vida no requiere grandes esfuerzos ni transformaciones radicales. La clave está en empezar con pasos pequeños y manejables, que se integren fácilmente en tu día a día. Quizás hoy decidas reemplazar un antojo poco saludable por una fruta, mañana dediques cinco minutos a meditar, y pasado mañana apagues tu teléfono una hora antes de dormir. Estos micropasos, aunque parezcan insignificantes, tienen un impacto acumulativo enorme en tu bienestar.

Cuidar de ti no es opcional, es esencial. La salud mental es un pilar fundamental de nuestra vida, y cuidarla no debería verse como algo secundario. Con cada micropaso que tomes, estás invirtiendo en tu bienestar, en tu felicidad y en tu capacidad de vivir plenamente. No importa cuán pequeño sea el cambio, lo importante es empezar. ¿Estás listo para dar tu primer micropaso hacia una vida más equilibrada y feliz? Comienza hoy y recuerda que la clave es seguir avanzando.

Blanca Mery Sánchez