Sabemos que no es gratuita la mala imagen de nuestro país en el plano internacional por tantos factores que nos ha correspondido afrontar desde años atrás, y en especial con los temas de narcotráfico y trata de personas, ahora más aún deteriorada con las actuaciones imprudentes e irresponsables del presidente que tenemos y que se cree con derecho a sobrepasar los límites del derecho internacional como lo hizo en Nueva York, luego de participar en la Asamblea de la ONU y de dirigir cualquier cantidad de insultos hacia Estados Unidos.

Inaceptable que persista en su actitud terca de continuar deteriorando las relaciones diplomáticas con el principal socio comercial de Colombia, hasta pretender involucrarse e interferir en sus asuntos internos. Con toda razón el retiro de su visa. Solo un personaje tan irresponsable con su dignidad de presidente, se atreve como visitante a incitar a la población y soldados a la insubordinación. Algo que no se atreve a hacer con Rusia en su injusta invasión y destrucción de Ucrania, ni con la cruel dictadura venezolana.

Hablando de mala imagen, el análisis que realizó la revista The Economist sobre la situación y el futuro inmediato de Colombia, debería servir de alerta a quienes aspiran a dirigir los destinos de nuestro país para trazar los correctivos que nos impidan abrir esas “puertas del infierno”, hacia las cuales nos está dirigiendo Petro con su desastrosa gestión.

No se trata de admitir tal aseveración en presagio de lo que nos puede acontecer, sino de asumirla para aprovechar las fortalezas de nuestras instituciones, de un sector financiero resiliente, de nuestra economía que aún se sostiene pese a los embates de inseguridad creciente y fragilidad democrática, deficiente administración, alto nivel de corrupción.

El desempleo ha bajado por el mayor trabajo de independientes, la informalidad, crecimiento de la burocracia estatal, gastos de funcionamiento que han pasado de $210.1 billones en el 2022 a $329.3 billones este año, proyecta para el 2026 de elecciones $365.8 billones, lo que corresponde a un incremento del 74,1%, más de 3 veces la inflación. Función Pública registra aumento de 27.000 nuevos empleados públicos entre el 2023 y el 2024 y durante el actual período presidencial ha crecido alrededor de 300.000.

La nómina paralela aumentó en el primer semestre/2025, 394.600 nuevas órdenes de prestación de servicios con gastos de $14.1 billones y cada día se firman 2.600 nuevos, lo que cerraría el año con 949.000, más del doble del promedio anual desde el año 2018, según Mauricio Cárdenas.

Frente a este panorama, la revista británica destaca los problemas estructurales de informalidad laboral con el 55%, la baja inversión, déficit, deterioro fiscal en 7% del PIB y amenaza de elevación de la deuda pública a nivel superior del 60%. La línea de pobreza con una canasta por hogar de $1.849.792 afecta 31,8% de la población sin perspectivas de avance significativo, por el contrario con mayor deterioro en regiones como Riohacha que pasó del 47,9% al 48,8% en los 2 últimos años.