La vicepresidenta de la República, Francia Márquez (tercera de izquierda a derecha), posa junto a las lideresas Zully Murillo (primera), Ana Granja (segunda) y Concepción Hernández, durante el Encuentro internacional de mujeres afrodescendientes.

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La vicepresidenta de la República, Francia Márquez (tercera de izquierda a derecha), posa junto a las lideresas Zully Murillo (primera), Ana Granja (segunda) y Concepción Hernández, durante el Encuentro internacional de mujeres afrodescendientes.

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EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ

"Si no fuera por la rebeldía de las mujeres afro en el mundo, el cauce de la historia de la humanidad se hubiera mantenido en la infamia", sentenció ayer la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, durante la apertura del Encuentro Internacional de Mujeres Afrodescendientes celebrado en Bogotá.

A este recuerdo y homenaje de la lucha de sus ancestras se sumaron, desde uno de los salones del centro de convenciones Ágora de la capital colombiana, cerca de una veintena de lideresas afro oriundas de Kenia, Brasil, Estados Unidos, Zimbabue y República Dominicana, entre otros puntos del globo, en aras de conmemorar el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, creando estrategias conjuntas que impulsen la justicia racial y de género.

"Esta conmemoración es importante para visibilizar la resistencia y la potencia transformadora de las mujeres afrodescendientes a lo largo de la historia", insistió Márquez minutos antes de reconocer, con un diploma conmemorativo, el esfuerzo por "expandir los horizontes de la libertad y la dignidad" a las "matronas" (lideresas) Zully Murillo, Ana Granja y Concepción Hernández.

Del mismo modo y, tras aseverar que "la Iglesia y la colonia" impusieron el lema de que "para poder ir al cielo hay que obedecer", la vicepresidenta recordó la importancia de "transgredir" aquel lenguaje colonial porque "obedecer puede ser peligroso" y porque "quien no lucha no va al cielo".

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