El presidente de Colombia Gustavo Petro, habla durante la instalación de las sesiones ordinarias del Congreso de la República 2023 - 2024.

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El presidente de Colombia Gustavo Petro, habla durante la instalación de las sesiones ordinarias del Congreso de la República 2023 - 2024.

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EFE | LA PATRIA | Bogotá

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó ayer, que "la guerra entre la insurgencia y el Estado colombiano ha llegado a su fin", aunque alertó que la violencia está transitando hacia una nueva fase que tiene que ver "con un control territorial y de riqueza, no de toma del poder".

"Se está acabando la guerra entre Estado e insurgencia, que es la que produce las bajas", en la fuerza pública, sostuvo, en el discurso de instalación de la nueva legislatura (2023-2024) del Congreso, hecho que le increparon con gritos de "mentiroso", desde la bancada de oposición.

El mandatario ensalzó el cese el fuego bilateral alcanzado con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln) que entrará en vigor el 3 de agosto, producto de las negociaciones de paz.

Aseguró que las iniciativas que se han emprendido en el último año "han traído como resultado una disminución sustancial" en el número de bajas del Ejército y la Policía, respecto al año pasado, de un 60% y un 55%, respectivamente.

"Eso es bueno, son vidas de jóvenes, pero puede esconder una transición de la violencia en Colombia hacia otros espacios", alertó, al sostener que el país "está transitando hacia otra violencia", como lo hizo en 1948 la guerrilla después de la guerra entre liberales y conservadores.

 

Economías ilícitas

En un discurso muy centrado en la crisis climática y la necesidad de adoptar medidas como transición energética o descarbonizar la economía, insistió en no querer ser apocalíptico, pero pintó un futuro sombrío para la humanidad debido a las consecuencias climáticas.

También aprovechó la ocasión para referirse a la problemática de las drogas y el narcotráfico, afirmando que aunque se ha detenido el crecimiento del cultivo de coca y han disminuido los envíos a Estados Unidos, "aparece otro desastre en el horizonte", que es que "en regiones cocaleras hay hambre".

"La geografía del mercado de las drogas varió porque el consumo en los Estados Unidos cambió de estructura, de mal en peor, de la cocaína pasó al fentanilo". Sostuvo que este opioide es 50 veces más adictivo que la heroína.

Colombia "no parece tener capacidad competitiva en el mercado del fentanilo, y entonces se nos abre una ventana de oportunidad para hacer la paz", concluyó el presidente.

Reforma agraria

El presidente Petro defendió la necesidad de hacer una amplia reforma agraria para solucionar uno de los grandes problemas del país causante de la violencia, como lo es la tenencia de la tierra y sacarlo del atraso.

"La reforma agraria ha mostrado que el problema de Colombia es la tierra", dijo.

El mandatario señaló que si se hace una reforma agraria "se amplía el mercado interno, se libera la fuerza de trabajo de la tierra y por tanto se pondrían las condiciones fundamentales para la industrialización".

Sin embargo, recordó que lo que ha ocurrido durante más de un siglo en Colombia es que "hemos matado a los líderes que la plantean y eso, sumado a "la dificultad de tramitar a través de las leyes la posibilidad de democratizar la tenencia de la tierra nos ha llevado a la violencia durante un siglo".

Petro consideró como "feudal", "premoderna", "anacrónica" y "profundamente irracional tener miles de hectáreas sin producir una sola mata de yuca, mientras el pueblo se muere de hambre y la humanidad se muere de hambre".

Señaló que en el acuerdo de paz se estableció el compromiso de titular 7 millones de hectáreas de tierras, y que se han titulado un millón de hectáreas, de las cuales 756 mil han sido para indígenas y 175 mil para campesinos.

Petro dedicó la mayor parte de su discurso a hablar de la crisis climática mundial y de las propuestas de justicia ambiental y justicia social de su Gobierno para revertir esa situación.