Esta semana nos servimos Un Café que tiene aroma de civismo, pero también un sabor algo rancio. Porque aunque Manizales sigue siendo reconocida como una de las ciudades más limpias del país, la realidad diaria nos deja ver que hay residuos y comportamientos que no se están manejando bien.

Mientras la mayoría hace lo correcto, un pequeño porcentaje de ciudadanos está tirando más que basura: está tirando por el piso años de esfuerzo colectivo que hacen surgir una pregunta: ¿de verdad somos tan limpios como creemos?

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Manizales todavía puede presumir de su limpieza, pero es un título que cada día cuesta más mantener.

No se trata solo de barrer calles o recoger bolsas, se trata de decidir si queremos vivir en una ciudad cuidada o resignarnos al desorden.

Mientras terminamos de tomarnos esta taza de Un Café, vale la pena preguntarnos qué tipo de ciudadano queremos ser: ¿el que colabora o el que contamina? Porque mantener limpia a Manizales no es tarea solo de Emas, la Alcaldía o de los recicladores, es tarea de todos.

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