La desinformación del caso Uribe
Señor director:

El pasado 14 de julio el señor Luis Felipe Henao, en su columna de El Tiempo, hace mención al juicio contra Álvaro Uribe. Inicia diciendo que el expresidente es juzgado por un acto de soborno sobre tres testigos y nada más, obviando que de este suceso se desprenden tres cargos penales como son soborno a testigos, fraude procesal y soborno en actuación penal; este detalle hubiese sido relevante aclararlo, considerando la forma en que demerita las pruebas de la Fiscalía.
Menciona los “endebles testimonios” presentados por la Fiscalía, la declaración de la esposa de Monsalve en que, dice Henao, deja claro que se tendió una trampa para incriminar a Cadena, cosa absolutamente falsa y que no se puede determinar desde dicha declaración; finalmente, indica que Uribe nunca da orden concreta de llevar a cabo un soborno, además de no haber dádivas de por medio, por lo que no se puede considerar como tal la intervención de Cadena con varios testigos.
Pero, parece que al señor Henao se le olvidó mencionar los múltiples pagos de Cadena a Carlos Enrique Vélez o la revisión judicial gratuita ofrecida por el mismo personaje a Monsalve a cambio de retractarse, cosas que pueden ser interpretadas como las dádivas de las que carecen las pruebas según Henao; también omite que en las grabaciones del reloj espía la conversación se sostiene alrededor de beneficios jurídicos para la retractación de Monsalve, cosa que efectivamente determina soborno; por último, la figura del “determinador” no requiere una orden directa, sino la instigación al acto con la que sí se puede ver involucrado Álvaro Uribe.
Por lo tanto, es impresentable que, aún a vísperas de que el expresidente quede absuelto por vencimiento de términos, exista tal desinformación de Luis Felipe Henao, que quiere defender a un hombre cuando menos polémico en Colombia, a costas de la omisión y tergiversación de información para sus lectores, que va en contra de los principios que deberían regir en los medios de comunicación.
Mauricio Villada Cardona

Deudas pendientes de la reforma laboral
Recientemente fue sancionada como ley de la República la reforma laboral, que atravesó por una alta polémica, con pros y contras, por diversos estamentos de la sociedad colombiana. Si bien es loable la reivindicación de los derechos laborales que se habían perdido, en gran parte, a partir de la paradójica contrarreforma laboral del 2002, vale la pena considerar algunos aspectos paralelos.
La reducción de la jornada laboral a 44 horas semanales, a partir de este mes de julio, y progresivamente a 42 horas, que quizás busca un sano equilibrio entre vida laboral y personal, pero será un momento para demostrar que la productividad no debe estar ligada a las horas laboradas, más bien a resultados, logro de objetivos y aproximándonos a las jornadas laborales semanales alrededor de las 40 horas de potencias mundiales como Estados Unidos, Alemania, Japón y España, que ostentan, sin duda, condiciones socioeconómicas muy distintas a las nuestras.
Sin embargo, continúa sin saldarse una deuda histórica: La dichosa “formalización laboral” que, recordemos, sigue siendo un problema significativo en el 2025. La tasa de informalidad se mantuvo
en 56,8% en el trimestre febrero-abril, según el DANE. Significa que más de la mitad de los trabajadores colombianos trabajan en la informalidad, sin acceso a beneficios laborales ni seguridad social. La tasa de informalidad laboral en Colombia ha aumentado en los últimos meses, alcanzando
niveles similares a los observados durante la pandemia. Dicha tendencia es evidenciada, entre otras cosas, con una mayor ocupación del espacio público a través de las ventas informales. Es decir, en Colombia hay 23.7 millones de trabajadores, de los cuales 13.4 millones están en la informalidad. En otras palabras, de cada 10 empleos, 6 son informales.
No puede desconocerse que la reforma laboral y, de manera preocupante, no realiza una diferenciación entre el tamaño de las empresas. Cobija, sin importar esta condición, a todo tipo de empresas, sin olvidar que hay aproximadamente 1.74 millones de empresas activas, de las cuales más del 99% son micro, pequeñas y medianas (Mipymes), que generan el 79% del empleo y contribuyen con cerca del 40% del PIB anual.
Esas Mipymes, que son el esfuerzo del diseñador gráfico que decidió independizarse, la visión de la
repostera que transformó su receta familiar en un emprendimiento o la familia que le apostó a montar una distribuidora, ahora se preguntan: ¿quién podrá defendernos? Mientras tanto, contratistas del Estado (de los cuales 2.5 millones de personas trabajan con un contrato por prestación de servicios en el sector público) estarán expectantes porque se privilegie el contrato a término indefinido y se salde también su deuda.
Juan Felipe Orjuela Álvarez
 

“Monseñor José Miguel, bájele al ego”
Señor director:

La reciente publicación de Álvaro Alzate deja mucho qué decir de un obispo al que se le quiere cercano, amable, cordial, que camine con los pobres. Que los sacerdotes le tengan miedo a su obispo deja entrever un dirigente encerrado en sí mismo, sin deseos de dialogar, con la verdad a cuestas y por ende, con la tentación del fanatismo. Para evitar estos problemas que tienden a dividir la Iglesia, basta con tener sencillez y humor, bajarle al ego y entrar en diálogo con el mundo.
No es cuestión de creerse portador de la verdad y refutar todo, sino de entrar en dinámicas de reconciliación y paz. Ojalá este llamado de atención sea un principio de cambio personal.
Juan Benito Alzate

Comunicado del Arzobispo de Manizales
Señor director:

A raíz de la publicación que hice en el importante diario La Patria recientemente sobre algunas inconformidades de sacerdotes con el arzobispo, José Miguel Gómez Rodríguez, el prelado se pronunció con el siguiente comunicado, en un acto de bondad, nobleza y humildad, lo cual lo exalta en su grandeza como Pastor:
“ ¡Muy buen día para todos!
Me complace saludarlos desde la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal. Estamos reflexionando sobre la virtud de la esperanza en medio de las situaciones nacionales, diocesanas, pastorales y personales que nos conciernen. En ese contexto hemos reflexionado también sobre nuestra existencia y nuestro ministerio, tanto el de ustedes como el del obispo, valorando enormemente lo que ustedes son y su servicio precioso al pueblo de Dios.
Les escribo de manera especial para decirles que soy consciente de las olas que, desde ayer y en el día de hoy, tratan de agitar el mar por el que navega la barca de la Iglesia. Los invito a vivir este momento con los ojos fijos en Jesús, verdadero y único motivo definitivo de esperanza, quien calma todos los mares agitados. En momentos como este, tenemos que depositar toda nuestra confianza en Dios y evitar cualquier tentación de confrontaciones o de desánimos. Seguimos adelante, queriéndonos unos a otros, ayudándonos los unos a los otros y procurando, todos, dar los pasos de conversión necesarios para responder con fidelidad y entusiasmo a la vocación con la que el Señor nos ha sorprendido.
Cada uno de ustedes es para mí el mejor amigo, el compañero de camino y, como dice San Pablo, “mi joya y mi corona”. Aprovecho la ocasión para agradecerles su valiosa indulgencia para con mis fragilidades y limitaciones tan evidentes, así como para pedirles perdón por mis errores y desaciertos en nuestra relación. Los invito, con toda confianza, a que ustedes mismos abran los espacios que consideren necesarios o importantes. Siempre estoy a su servicio y los espero con afecto fraternal y paternal. Todos saben que, entre la solicitud de un encuentro y la realización del mismo nunca transcurren más de ocho días.
La Inmaculada Madre, que guardó todas las cosas de Jesús en su corazón, nos enseñe a mantener su presencia y a vivir con infinita discreción momentos en los cuales se requiere que la Iglesia, a la que amamos hasta querer dar nuestra vida por ella, no sea lastimada.
Demos testimonio de alegría en el ministerio que ejercemos cada día, esforcémonos por estar muy cercanos a nuestra gente, serviciales, piadosos, caritativos, etc., que el resto lo hará, sin lugar a dudas, aquella quien amamos: el Pastor de los pastores.
Con mi bendición y afecto, en Cristo, José Miguel”.
Alvaro Alzate Ussma
 

¿A quiénes estamos enriqueciendo?
Señor director:

A varias empresas privadas, sociedades y hasta particulares que tienen el enorme privilegio de manejar las entidades prestadores de servicios públicos en el país. Los ejemplos son muy simples. A una familia de estrato 4 o menos le aplican una astronómica suma por recogerle una bolsita de basura semanal. Igual pasa con el gas domiciliario, el teléfono, la televisión, el internet, el agua, la energía eléctrica; bienes que son nuestros, pero que por esas cosas de la política y de las leyes se los han entregado a particulares para su explotación. No hay caridad, ni claridad, en estos temas cuando el propio Gobierno dice que no tiene competencia para ordenar rebajas en tan escandalosas tarifas. Estamos enriqueciendo a unos pocos, mientras la mayoría de la gente deja de comer y paga a tiempo las facturas frente a la amenaza de que le van a cortar tales servicios. Con toda razón dicen que nuestra amada Colombia es uno de los países más desiguales del mundo.
Bernardo Molina Marulanda
 

El zar y Rasputín
Señor director:

Una columna del 14 de junio dice que Pedro el Grande, de Rusia, no le correspondió a su religioso preceptor. El preceptor religioso era el monje ortodoxo Rasputín; el zar era Nicolás II.
Un profesor

Usan a los niños
Señor director:

Da grima ver otra vez a los y las inmigrantes, como debe decirse ahora para no herir suspicacias, usando a los niños para pedir limosna con el disfraz de una bolsita de dulces. Las y los he detectado al lado del D1 de la calle 50; en la carrera 22 entre calles 20 y 21; en la misma calle 20 sobre el muro del banco; frente a TIGO, frente a la Universidad Católica y también en la carrera 21 entre calles 21 y 22. El caso más dramático es el de una señora, agresiva, maluca, que hace su “trabajo” con un niñito de 8 o 10 años que ya va para habitante de calle. Dije agresiva porque soy testigo de cómo insultó y agredió físicamente a un anciano de más de 80 años porque le reclamó la presencia del muchachito en esas labores.
Un lector

La agresividad de los agentes de tránsito

Señor director:

El control del tránsito hace unos años lo hacía la Policía en Manizales, y luego pasó a los agentes de tránsito, de quienes desconocemos completamente su formación académica y en relaciones humanas. Es sumamente deplorable la manera como se vienen comportando, no solo con el acecho y acoso con los conductores, impartiendo comparendos a diestra y siniestra sin la más mínima consideración ni compasión; sumada la agresividad, pues ya estamos viendo con frecuencia actos deshumanizados y bochornosos en los cuales están golpeando a la gente reduciéndola con el uso de la fuerza. Ya es hora, señor alcalde y secretario de Movilidad que se considere volver a que esta función la siga prestando la Policía. La ciudadanía no soporta más esta infame situación.

Alvaro Alzate Ussma

Utopías ideológicas, no humanas
Señor director:

Estoy harto de la política colombiana. Qué mamera. Que Petro, Uribe, Santos, Duque, Gaviria, Samper, Pastrana, Lleras. Pienso que la crisis colombiana se debe a las ideologías políticas. No son, como lo significa Polis, política de bien común, sino de ego para los matriculados en cada ideología. Los de otras ideologías son mis enemigos: causa de la violencia en Colombia. Lo dice la canción “A quien engañas abuelo”: a unos los matan por godos y a otros por liberales. Qué estupidez. Unas ideologías dividen y vuelven enemigos a los que compartimos la misma cuna, terruño, sangre, genes. La colombianidad es lo que nos une en verdad. Y otra consecuencia de las ideologías políticas: la corrupción.
Beneficios para los de mi ideología: contratos, prebendas, enriquecimientos. No dudo en decir que las ideologías políticas son las causantes de la violencia y la corrupción. Y entonces planteo una 1.ª utopía: Suprimir las ideologías políticas y buscar otros medios para los procesos democráticos electorales. O sea, una reforma política. Un ciudadano, con determinada profesionalización, concibe un proyecto de bien común para los colombianos, lo expone y busca personas que lo respalden y logra así entrar en un proceso democrático electoral. Unas personas unidas que conocen a x ciudadano lo proponen para que ingrese en una propuesta democrática electoral.
2.ª utopía: Reforma fundamental del Congreso en número de miembros, salarios, prebendas económicas. Así es parte de la reforma tributaria. 3.ª utopía: Si se discute el salario mínimo entre empresarios, gobierno y trabajadores debería también discutirse el salario máximo, teniendo en cuenta un criterio de igualdad social. Y que lo privado (fútbol) esté conforme con su entorno social. 4.ª utopía: Todo servidor público debe tener abierta a la sociedad sus documentos de declaración de renta, cuentas bancarias, ingresos.
5.ª utopía: Profesionalización y rotación obligada en el servicio público. 6.ª utopía: Creación y práctica de un proyecto reeducativo, estudio y trabajo, para los presos y los habitantes de calle. 7.ª utopía: Cátedra de ética ciudadana en colegios y universidades. Es el derecho fundamental primario, la tierra es para todos. Colombia, un Estado de derecho.
Alirio de los Ríos Flórez

Literatura épica
Señor director:

Dice el amigo Óscar Domínguez en su columna del 15 de junio que Penélope destejía lo que había tejido, y que esto figura en La Ilíada. No creo que figure allí sino en La Odisea, pues la fiel, esperanzada y amorosa Penélope era la esposa de Ulises u Odiseo, el héroe no de La Ilíada, sino de La Odisea.
El mejor traductor de La Ilíada, en verso, es don José Gómez de Hermosilla. Los mejores traductores de La Odisea, en verso, son Federico Baráibar y Fernando Gutiérrez.
Bonus track- Ofrezco buena recompensa a quien me facilite la Ilíada traducida por Gómez de Hermosilla, y la inigualable traducción en verso de La Divina Comedia hecha por don Bartolomé Mitre, educador y presidente de la Argentina.
Padre Jaime Pinzón M.

“… evitar que en un choque HAYAN daños”
Señor director:

Esta frase se lee en la página 4 del 15 de junio. Cuando el verbo haber denota EXISTENCIA se conjuga siempre en singular. La frase correcta es “evitar que en un choque HAYA daños”, aunque estos sean milientos.
Una tía mía contaba que hace muchos años, en Cartago, ciudad de clima caliente y seco, un tendero hacía la siesta sobre un taburete de vaqueta recostado contra la pared. Llegó una niña y preguntó: “¿Hayen velas?”. El tendero, “foquiado” por la pereza de la una y media de la tarde, viendo que no podía negar que sí las HABÍA, pues colgaban del cielorraso, contestó: “Si las hayen, pero son chirrionas y ni emprienden”.
Don Cecilio

La quimera del jardín
Señor director:

Con rostro de mujer, labios gruesos, nariz desviada hacia la izquierda, ojos cerrados, pestañas postizas y cabellos verdes naturales, es la guardiana del jardín. Está pendiente que al enebro no le falte agua, que los cactus tengan suficiente luz y que el fríjol mongo que germinó en estos días desafíe airoso la gravedad que ata. Ella sabe de las propiedades curativas de la sábila, del cidrón y de la yerbabuena, y vigila con esmero el balance crítico de los elementos.
Cuando la vida empezaba a alborear y los dinosaurios llenaban de candela con sus eructos siniestros la atmósfera primitiva de la tierra en formación, hizo una pausa en sus encarnaciones y se quedó en una de ellas con los nativos de Zambia. Allí aprendió con ellos a cultivar la artemisa que utilizó con esmero entre los niños afectados de malaria.
Ahora está aquí con nosotros, anclada en el silencio y en el tiempo que transcurre sin tregua. Con mucha sutileza capta con cada uno de sus cabellos, que son antenas cósmicas, la longitud de onda del verde espectral y se regodea en la fotosíntesis diaria para permanecer viva. Sabe del intercambio de gases (oxígeno y gas carbónico) a través de sus estomas, y se deja guiar por los ritmos circadianos que regulan con precisión los días y las noches estelares. Con pandemia y sin pandemia la guardiana del jardín es y está presente sin revelarse contra el designio de permanecer para siempre siendo una quimera sin igual.
Rafael Guerra

Dolor de hincha
Es increíble, pero duele decirlo: al Once lo están matando sus propios directivos, sus propios dirigentes. Aquellos que deberían ser los primeros en protegerlo, impulsarlo, defenderlo como el símbolo que representa para una ciudad. No me refiero solo a un equipo de fútbol, hablo de lo que constituye, de su esencia más profunda. El Once son sus hinchas, son las familias que llenan el estadio cada fin de semana, los niños que sueñan con un gol desde occidental, las familias en sur que no dejan de alentar, los colectivos de oriental que tejen identidad, y, por supuesto, los que nunca fallan: la popular norte.
Es inconcebible que desde la propia institución se tomen decisiones que alejan, hieren, ignoran al hincha. Más triste aún es sabernos reducidos a una simple cifra. He recorrido Colombia y Sudamérica siguiendo al equipo, renovando mi amor y compromiso partido tras partido. No es un orgullo solo mío, lo he sembrado en mi familia y en mi descendencia.
Si le preguntaran a mis hijas de 8 y 17 años cuál es el mayor legado que su papá les deja, estoy seguro que responderían sin titubear: el estudio... y ser hinchas del Once. Pero últimamente, incluso ese legado lo he empezado a cuestionar. ¿Cómo transmitirles con la misma pasión este amor, cuando los que están al mando desangran al equipo? ¿Cómo seguir creyendo cuando las decisiones parecen tomadas por compromisos políticos o favores personales, por personas sin mérito ni amor por la camiseta? Hace más de nueve años que pedimos un equipo de mercadeo que sienta al club como suyo. Gente que entienda lo que representa el Once para esta ciudad, que trabaje con el corazón de un hincha. Pero si lo sienten, no lo demuestran. Tal vez por la imposición de un presidente que parece más interesado en sus beneficios que en construir puentes con la hinchada.
Ojalá algún día nos dejaran de ver como simples números, comprendieran que lo que administran no es solo un club, es la pasión de miles. Porque sí, es muy triste llegar con ilusión al estadio y que la logística sea tan precaria que uno entre de mal genio. Es frustrante ver cómo los visitantes reciben mejor trato que nosotros, los de casa. Mientras en otras plazas se exige hasta cédula para entrar, aquí parecemos los menos valorados. Llevaba 12 años abonado en el mismo puesto, y por una falla en el sistema, me lo quitaron. Nadie respondió. Nadie dio la cara. Es indignante que mientras 3 mil de nosotros alentábamos desde Río de Janeiro, aquí sacaban un plan de abonos para las finales que no contempló nuestros tiempos ni nuestros esfuerzos. Para el 2025-02 dieron menos de ocho días para decidir si seguir abonados.
Así no se trata al hincha fiel. Y mientras tanto, aún sentimos el colonialismo antioqueño en cada decisión, en cada refuerzo, en cada pensamiento conformista de que “no hay títulos, pero hay ingresos”. Claro, los directivos dirán que el año está en verde, que los números cuadran, que vendieron jugadores y hay bonanza. Pero el hincha, el que camina, el que ahorra, el que vive para celebrar una victoria, lo único que quiere es volver a gritar campeón. Ya esperamos más de 50 años una estrella, y aunque la vivimos como nunca, hoy muchos ya no tragamos entero. Queremos más. Queremos ver esfuerzo, fe, sacrificio reflejado en otra estrella bordada en el escudo.
Ojalá algún día entiendan que no somos cifras, que no somos clientes; somos pasión, historia, identidad. Y lo más triste es que nuestro mayor enemigo parece estar adentro: una dirigencia que ve a esta ciudad como el mejor vividero del país, pero que no siente el peso del escudo que representa. Con profundo dolor y decepción se despide un hincha que no renovó su abono por primera vez en 20 años.
José López

Pase para moto
Hay cosas que vale la pena comentar y de ser posible modificar porque me parece que son injustas en grado sumo. Me refiero a una norma que no he podido encontrar en ninguna ley o decreto que obliga a cualquier ciudadano a pagar más de un millón de pesos y hacer un curso larguísimo y cansón para obtener el pase o licencia para conducir una motocicleta. Podría ser válido si el aspirante no hubiera visto un aparato de estos ni en fotos, pero no para una persona que tiene licencia de primera categoría para conducir automotores. Obligar a ese excesivo pago y a un curso es abusar de la gente y mirar con desdén a quienes manejan las políticas de tránsito. Si fuera cierto y efectivo el tal curso no tendríamos a diario tanto accidente y tantos muertos, porque hay motorizados que son felices tirándole su vehículo a la gente.
Bernardo Molina Marulanda.

Queja por cobrar tarifa del servicio
Varios usuarios se vienen quejando contra Mercaldas por la siguiente razón:
Cuando la gente pide un domicilio están cobrando complementariamente al valor de los productos y el domicilio una tarifa que se inventaron denominada “Tarifa del servicio”, que corresponde al tiempo que la persona de dicho establecimiento se demora para recoger los productos, situación reprochable y que afecta la economía de los hogares, aparte de que todo es demasiado costoso.
Se espera que las autoridades vigilen con eficacia lo que viene ocurriendo e impongan las acciones y correctivos, pues no se puede permitir que ellos dispongan tarifas adicionales a su arbitrio para lucrarse y perjudicar a la comunidad, ya que en ninguna parte ocurre esto.
Álvaro Alzate Ussma6.

Fecha muy especial para Caldas ...
… es el 20 de junio de cada año, cuando se conmemora la fundación del diario LA PATRIA, sucedida en 1921. En su cumpleaños 104 viene indiscutiblemente a la conmemoración, el espíritu del inolvidable doctor Nicolás Restrepo Escobar, al recordar su potente convicción:
“Entendemos la labor periodística como el ejercicio que transmite la verdad, los hechos con contexto, la fiscalización de los poderes públicos, la guardia permanente de la democracia como valor fundamental, pero también creemos que tenemos responsabilidades que trascienden esa labor y nos obligan a ser partícipes de la construcción de una sociedad mejor, más equitativa y próspera, y por ello entendemos la promoción del desarrollo regional como parte fundamental de nuestra misión”.
En este feliz cumpleaños es grato dejar notabilizados en la coyuntura que vive Colombia, tres magnos editoriales de LA PATRIA, que son fieles testimonios de defensa de la democracia de Colombia, que le dan vida al sentimiento del doctor Nicolás Restrepo (q.e.p.d). Ellos titulan: 1. Así no, señor presidente. 2. Y decidió el decretazo 3. Llamado a la cordura. Son valiosos contenidos que deberían ser profundamente estudiados y accionados por los ciudadanos, para que sean siempre defensores de la institucionalidad.
Sea indicado el momento para enviar a LA PATRIA, mis sinceras y fraternas felicitaciones en su cumpleaños 104 a su directiva, periodistas, administrativos y oficios generales. Gracias por los beneficios que le irrigan a Manizales, Caldas y Colombia.
Rogelio Vallejo Obando